Conflicto Rusia - Ucrania Alemania golpea a Rusia donde más le duele y suspende el gasoducto Nord Stream 2
El canciller alemán anunció la medida como parte de un paquete de sanciones contra Rusia tras reconocer la independencia del Donbás
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Primeras consecuencias importantes para Rusia después de su arriesgado movimiento al reconocer el lunes la independencia de las repúblicas del Donbás. Alemania anunció que «suspende» la autorización para el gasoducto Nord Stream 2 que debía aumentar la capacidad de exportación del gas ruso a Alemania por el mar Báltico sin pasar por Ucrania.
El gasoducto está ya concluido a lo largo de los 1.230 kilómetros que recorre bajo las aguas bálticas y listo para entrar en funcionamiento. Tiene una capacidad de 177 millones de metros cúbicos, 55.000 millones de metros cúbicos al año, y la gasística rusa Gazprom ya procedió al bombeo de gas para su puesta en funcionamiento.
Sin embargo, en el contexto de la crisis ucraniana, Alemania suspendió temporalmente en noviembre la certificación del Nord Stream 2 por un obstáculo legal.
Según la Agencia Federal de Redes de Alemania, «sólo es posible si el operador está organizado bajo una forma jurídica de derecho alemán».
Para salvar el obstáculo legal, Gazprom procedió a crear una filial alemana que le permitiera operar en Europa de acuerdo con el derecho comunitario.
Pero, una vez más, la tensión en Ucrania hizo fracasar el proyecto que, por otra parte, permitiría abaratar las abultadas tarifas eléctricas en Europa.
Desde el principio de la crisis, Alemania y Estados Unidos advirtieron que el nuevo gasoducto no entraría en funcionamiento si Rusia agredía a Ucrania. En un encuentro en Washington con el canciller alemán Olaf Scholz el pasado 7 de febrero, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, advirtió al presidente ruso, Vladimir Putin, que «si Rusia invade, y eso significa tanques y tropas cruzando la frontera de Ucrania, nos aseguraremos de que ya no haya un Nord Stream 2, le pondremos fin».
Ahora, esa amenaza se ha cumplido. Putin firmó ayer lunes la orden ejecutiva que reconoce la independencia de las repúblicas que conforman el Donbás: Dontesk y Lugansk. Además, anunció la firma de un Tratado de Amistad, Cooperación y Asistencia Mutua y el despliegue de soldados rusos en la región oriental ucraniana dentro de una «misión de paz».
Para occidente, esa decisión del gobierno ruso equivale a una agresión contra la integridad territorial y la soberanía de Ucrania y, en la práctica, una invasión encubierta. Rusia, sin embargo, insiste en que no ha incumplido su promesa de no invadir Ucrania pues, según su argumentación, una vez reconocida la independencia del Donbás, el territorio ya no es ucraniano.
El canciller alemán, Olaf Scholz, en declaraciones recogidas por AFP, afirmó que «no habrá certificación del Nord Stream 2 y, sin certificación, no podrá operar». Además, anunció «otras sanciones» contra Rusia, aunque no las especificó.
De esta manera, Alemania, que hasta ahora se había mostrado tibia en su postura en la crisis ucraniana, muestra un apoyo sin fisuras y se alinea con la postura de Estados Unidos.
Este mismo martes, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, había exigido la suspensión «inmediata» del gasoducto y recordó que «nos pusimos de acuerdo sobre la necesidad de imponer sanciones inmediatas contra este nuevo acto de agresión contra Ucrania».
Dentro de esas sanciones, subrayó, «se debía incluir el cese total del Nord Stream 2». La respuesta no tardó en llegar con la suspensión definitiva de la certificación, una medida de apoyo de Alemania a Ucrania frente a Rusia tal vez más efectiva que el envío de material bélico que, al menos de momento, no parece capaz de ejercer un papel disuasivo.