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NordStream 2 Rusia Alemania Ucrania

Instalaciones del gaseoducto NordStream 2AFP

Rusia trata de afianzar su negocio del gas con el conflicto ucraniano de fondo

La puesta en funcionamiento de un segundo gaseoducto que conecte Rusia con Alemania por el Báltico para duplicar la capacidad de suministro de gas ruso de las actuales instalaciones es uno de los puntos de discordia en la crisis ucraniana.

El gaseoducto, denominado NordStream 2, con una capacidad de 55.000 millones de metros cúbicos de gas al año, recorre una distancia de 1.230 kilómetros bajo el mar y está operado por la gasística rusa Gazprom.

Las instalaciones ya están finalizadas y su puesta en marcha está pendiente sólo de la validación de las autoridades alemanas.

Sin embargo, entre las sanciones que Estados Unidos pretende aplicar a Rusia si invade Ucrania está el bloqueo del NordStream 2. Estados Unidos se opone al gaseoducto porque supondría un golpe a la seguridad energética ucraniana y aumentaría la dependencia energética europea de Rusia.

Ahora bien, ¿es el NordStream 2 y el gas ruso la causa de la amenaza rusa de invasión de Ucrania?

Un instrumento de Rusia

Según el profesor de la Universidad CEU San Pablo, Antonio Alonso Marcos, «es obvio que el gas, la energía en general, también el petróleo, los gaseoductos y oleoductos que nacen en Rusia o que pasan por Rusia desde Asia Central, son fundamentales para Rusia, son instrumentos de su política exterior».

En su opinión, «a los rusos tampoco les interesa que Alemania no consuma su gas. Es decir, la mayor fuente de ingresos para la economía rusa es esa, sería como pegarse un tiro en el pie. Pero, efectivamente, Rusia lo utiliza como una baza negociadora en su política exterior».

«Todos los proyectos de oleoductos o gaseoductos que han nacido por parte europea para evitar pasar por territorio ruso se han encontrado con una oposición firme por parte de Rusia porque ve que se le acaba el negocio de los derechos de paso, no solo de origen», explicó

El profesor Alonso Marcos se pregunta: «¿Es esta la razón principal o la razón de fondo para todo este conflicto de Ucrania? Yo creo que no. Yo creo que la principal cuestión de fondo es que, con la pérdida de la Unión Soviética, Rusia sufrió una gran humillación y necesita recuperar la sensación de gran potencia y el prestigio real para el país».

Para el profesor Miguel Ángel Medina, de la Universidad Abat Oliba CEU, el debate sobre el NordStream 2 es secundario. «El NordStream es un proyecto gigantesco que está en marcha y que no creo que se pare. Puede estar relacionado con la crisis, pero yo no lo pondría como primera variable o como explicación principal».

El profesor de la Universidad Francisco de Vitoria, Javier Gil Guerrero destaca que «el NordStream es muy útil a Rusia porque, por ahora, parte del gas que exporta a Europa pasa por Ucrania. Entonces, si hay un conflicto con Ucrania, las exportaciones de gas a Europa podrían verse dañadas, o interrumpidas».

La puesta en funcionamiento del NordStream 2 «permitiría seguir exportando gas a Europa ignorando por completo a Ucrania, y pudiendo hacer lo que le diera la gana porque no repercutiría en sus exportaciones de gas».

«Es una forma de independizarse de Ucrania y no tener que negociar con el gobierno ucraniano de cara a exportar a Europa. En el fondo, activar el NordStream 2 sería dejar las manos libres a Rusia para darle una libertad de movimiento mucho mayor respecto a Ucrania, y que pueda hacer lo que quiera, porque ese canal ya no sería básico para sus exportaciones de gas a Europa», ese es el motivo por el que Estados Unidos y varios países europeos se oponen al nuevo gaseoducto.

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