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Militares ucranianos se preparan para repeler un ataque de Rusia en la región de Lugansk, el día de la invasión

Militares ucranianos se preparan para repeler un ataque de Rusia en la región de Lugansk, el día de la invasiónAFP

Guerra Rusia Ucrania

¿Cómo acabará la guerra? Los cinco escenarios que barajan los expertos

Los posibles desenlaces van de un ataque rápido que concluya con la imposición de un régimen prorruso en Ucrania a una salida diplomática en el que las dos partes lleguen a algún tipo de acuerdo

¿Guerra corta y rápida o larga y complicada? ¿Con cuántas naciones implicadas? ¿Triunfará la diplomacia? Son cinco los escenarios posibles que plantea la BBC en un artículo a la hora de vaticinar el desarrollo de la guerra entre Rusia y Ucrania. A continuación, los desenlaces que se barajan cuando se cumplen nueve días de conflicto.

Guerra corta

En este contexto, Rusia escalaría sus operaciones militares de manera indiscriminada con diversos ataques de artillería a lo largo y ancho del territorio ucraniano. También redoblaría su ofensiva cibernética y podría llegar incluso a cortar el suministro energético y las redes de comunicaciones. La intensificación del asalto dejaría miles de víctimas y la caída de Kiev se produciría en cuestión de días. Tras ser derrocado, el gobierno ucraniano sería reemplazado por un régimen títere prorruso. Putin declararía la victoria y retiraría las tropas, aunque dejaría las suficientes para mantener el control.

La plausibilidad de este escenario depende fundamentalmente de dos factores: el mayor rendimiento de las fuerzas del Kremlin sobre el terreno, y el desvanecimiento del espíritu de lucha ucraniano. Aunque el presidente ruso lograra sus objetivos, el nuevo mando sería ilegítimo y, en consecuencia, vulnerable a la insurgencia. La posibilidad de que el conflicto se dilatara en el tiempo, por tanto, seguiría siendo alta.

Guerra larga

Las fuerzas rusas se atascan, presas de la mala logística, una moral que se desploma y un liderazgo ineficiente. La férrea resistencia en Kiev aboca a una lucha callejera que da a su vez lugar a un largo asedio, de la misma forma que ocurrió en Chechenia en los años 90. En caso de que las tropas consigan hacerse con el control del país, es posible que el Ejército no cuente con recursos suficientes para cubrir todos los flancos de un país de tal extensión.

Con estas fisuras, las fuerzas defensivas de Ucrania se transforman en una insurgencia eficaz, motivada y apoyada por las poblaciones locales. Occidente sigue proporcionando armas y municiones al Ejército y muchos años después, tras un cambio de gobierno, Rusia abandona Ucrania como hizo en Afganistán en 1989 tras diez años de guerra sangrienta.

Guerra europea

Los escenarios que podrían precipitar la intervención militar de otros países son los siguientes:

1.- Tras tomar Ucrania, Putin amplía sus aspiraciones expansionistas y se lanza a la conquista de territorios del antiguo imperio ruso como Moldavia o Georgia, que no forman parte de la OTAN.

2.- Putin declara que el suministro de armas a las fuerzas ucranianas constituye un acto de agresión que justifica represalias y amenaza con enviar tropas a otros países fronterizos, como los estados bálticos miembros de la OTAN, lo que activaría el riesgo de un conflicto abierto con la Alianza Atlántica.

3.- Putin pierde en Ucrania y se ve tentado a escalar su ofensiva contra Europa todavía más. El líder ruso ha demostrado a lo largo de su mandato, y muy especialmente en los últimos días, que está dispuesto a romper las normas internacionales y que esa misma lógica se puede aplicar incluso al uso de armas nucleares.

Solución diplomática

Rusia va perdiendo y Putin cree que continuar la guerra puede suponer una amenaza mayor para su liderazgo que la humillación de retirarse. En tales circunstancias, el presidente se ve obligado a sentarse a la mesa de negociación, donde Ucrania, con un país devastado y miles de vidas cercenadas, concluye que un acuerdo podría ser la mejor salida a la crisis.

Putin es derrocado

La guerra se vuelve tan desastrosa, entre sanciones y bajas, que Putin pierde apoyo popular y se enfrenta a una posible revolución en casa, lo que le lleva al empleo de la fuerza para aplacarla. Pero el choque conduce a una situación todavía peor y las élites militares, económicas y políticas se vuelve en su contra. Occidente, por su parte, interviene y afirma que si Putin abandona el poder y es reemplazado por un líder más moderado retirará algunas de las sanciones y restablecerá las relaciones diplomáticas con normalidad. Todo esto conduce a un golpe palaciego que desahucia al mandatario tras 22 años al frente.

Estos cinco escenarios no son excluyentes entre sí, y su combinación podría dar lugar a diferentes resultados. De lo que nadie duda, no obstante, es de que independientemente de cuál sea el desenlace el mundo ya ha cambiado, y que la relación de Rusia con el resto del mundo será diferente a partir de ahora. O, al menos, mientras Putin siga siendo su presidente.

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