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Roman Abramovich, durante su participación en la "fase inicial" de la mesa de conversaciones entre Rusia y Ucrania de este martes en Estambul

Roman Abramovich, durante su participación en la «fase inicial» de la mesa de conversaciones entre Rusia y Ucrania de este martes en EstambulGTRES

Día 36 de la guerra en Ucrania

Roman Abramovich, el oligarca que media para poner fin a la guerra... y salvar de paso su fortuna

El multimillonario propietario del Chelsea se ha convertido en una de las figuras más reconocidas del proceso de negociación entre ambos países por sus relaciones, su fortuna y su accesibilidad a Putin

Roman Abramovich se ha convertido en una de las figuras más visibles y reconocidas del proceso de negociación entre Rusia y Ucrania. Las informaciones que le sitúan como un destacado mediador por su cercanía al presidente Vladimir Putin y su deseo de poner fin a la guerra para, de paso, salvar también su fortuna, le han llevado al punto de viajar a Estambul para tomar parte en las negociaciones celebradas este martes. Pero, ¿cuál es su papel en todo esto, exactamente?

Tres factores clave han hecho del propietario del Chelsea un actor de peso en las conversaciones mantenidas desde principios de marzo: estar bien relacionado a nivel internacional, ser poseedor de un importante capital con el que prometer inversiones tras la guerra y contar, por último, con un suculento poder mediático por su condición de dueño de uno de los clubes de fútbol más importantes de Europa.

Tras haber viajado a Moscú y Kiev desde el comienzo de la invasión para interceder entre una y otra parte, el portavoz de la Presidencia rusa confirmó este fin de semana, tras la difusión de fotografías en las que se le ve escuchando atentamente con la ayuda de unos auriculares de traducción simultánea, que el multimillonario «participó en la fase inicial» de las negociaciones.

A partir de ahí, las informaciones disponibles ahora mismo sobre su rol y el contenido de las conversaciones con ambas partes son confusas. Según adelanta The Wall Street Journal, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski pidió a su homólogo estadounidense Joe Biden que dejara fuera al multimillonario ruso-israelí de la lista de sanciones de Washington. La cabecera estadounidense, que cita a fuentes conocedoras del asunto, asegura que la decisión tenía como objetivo conseguir que Abramovich mediara entre ambos países. Biden aceptó, y, a diferencia del Reino Unido y la Unión Europea, EE.UU. se ha mantenido benévolo con el oligarca.

Según el prestigioso periódico, Zelenski –quien hasta ahora ha negado haberse reunido personalmente con Abramóvich, a diferencia de lo que sostienen algunas informaciones– salvó de la quema al multimillonario por su accesibilidad al presidente ruso, su defensa de la causa judía por su ascendencia israelí (algo muy importante para Zelenski, también judío) y la promesa de inversiones millonarias en el país del Este una vez acabada la guerra.

El oligarca ha puesto a resguardo, además, parte de su fortuna en Turquía, un trato de favor por parte del país euroasiático que le habría facilitado la participación en la mesa de Estambul.

¿Intermediario neutral?

Según confirmó una fuente de la delegación ucraniana al medio de comunicación Ukrayinska Pravda, Abramovich se habría posicionado como un intermediario neutral y su función principal sería la de «transmitir nuestra posición [la de Ucrania] a su jefe en un lenguaje cercano». El equipo negociador oficial de Rusia está compuesto principalmente por funcionarios de segundo nivel que no se consideran influyentes, por lo que Putin, por su parte, podría haber seleccionado a Abramovich como un interlocutor a la sombra con los ucranianos (o lo que es lo mismo, un canal externo a la mesa de negociación oficial).

Aunque una fuente de Moscú señaló en declaraciones a The Guardian que Zelenski había concedido al ruso dos reuniones personales en el último mes, el presidente ucraniano afirmó este domingo en una entrevista que Abramovich fue solo uno de varios oligarcas que contactaron con él para ofrecerle invertir en la economía del país una vez acabado el conflicto. Y confesó también que el dueño del Chelsea había estado involucrado en discusiones infructuosas sobre la organización de corredores humanitarios.

Pese a todo, las verdaderas intenciones de Abramovich son inciertas, y son muchos los que se muestran escépticos sobre la reencarnación de Abramovich como pacificador. «¿Cómo pudieron haber olvidado quién es? Es uno de los mayores patrocinadores del régimen de Putin», dijo Maria Pevchikh, colaboradora cercana del líder opositor encarcelado Navalny y jefa de investigaciones de su Fundación Anticorrupción. En esa línea, la activista afirmó que no creía en la idea de que Abramovich pudiera ser un actor independiente en las conversaciones. «Estoy 100 % segura de que esto se coordinó por completo con el Kremlin. Cuando has sido el títere de Putin durante 22 años, no te vuelves honesto de repente», dijo.

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