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Yuri P. Korchagin, embajador de Rusia en EspañaPaula Argüelles

Día 42 de guerra en Ucrania

El embajador ruso en Madrid, pese a las pruebas, insiste en que los cadáveres de Bucha «son un montaje»

Yuri Korchagin niega las atrocidades del ejército ruso y dice que Exteriores no le dio ninguna «prueba o explicación concreta» para justificar la expulsión de los 27 diplomáticos

El embajador de Rusia en Madrid negó las evidencias. Todo es falso, «un montaje, un montaje para desprestigiar a Rusia». Ni las imágenes ni las denuncias de ejecuciones, violaciones y atrocidades cometidas por las fuerzas rusas en Ucrania, parecen convencer al elegido de Vladimir Putin para representar a su régimen en España.

Yuri Korchagin, en entrevista con Carlos Herrera en la cadena Cope, calificó de «montaje» las filmaciones de Bucha, en la periferia de la ciudad de Kiev, donde se ven las calles llenas de cadáveres. Sin querer entrar en honduras se remitió a «las declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov» en las que calificó de «provocación hecha para desviar la atención pública extranjera», las fotografías y filmaciones.

Korchagin, único representante de la embajada rusa en Madrid, tras la expulsión el martes de 27 diplomáticos rusos, argumentó que el objetivo de ese «montaje», término que repitió una y otra vez, era dinamitar, «el tratado de paz que se está discutiendo» entre los Gobiernos rusos y ucraniano.

Sin comentarios sobre sus declaraciones previas a la guerra, que negó que fuera a producirse de forma insistente, Korchagin insistió en que todo se trata de «un montaje para desprestigiar el ejercito ruso».

En vísperas de la invasión, el embajador aún defendía las posiciones de las tropas rusas en los alrededores de la frontera con Ucrania. Para él se trataba de maniobras militares ordinarias y su emplazamiento no era una amenaza porque, «están a la misma distancia que Calatayud de Francia»

Las imágenes satelitales difundidas por The New York Times que prueban la existencia de ese campo de muertos, también las descalificó pese a tratarse de evidencias irrefutables.

Otro de los objetivos que atribuyó a la difusión de las imágenes fue «desviar la atención de los posibles países garantes sobre el propio acuerdo de paz» para que se retiren del proceso. «Justo cuando aparece la luz al final del tunel aparecen este tipo de pruebas», insistió.

Ni los cadáveres, ni los testimonios de las víctimas o de las mujeres violadas por soldados rusos sirvieron para que el embajador reconociera los hechos. «Hay que hacer una investigación independiente. No podemos hacerla a distancia», justificó.

Como parte de sus argumentos de que todo era falso recordó que «el día 30 de marzo salió el ejército ruso y no había ningún cadáver en la calle», y «el alcalde» tampoco denunció que hubiera cuerpos. Dicho esto, deslizó que estos «aparecieron» cuando fueron «los periodistas» .

Vi una mujer embarazada y a su marido que gritaba. Pedía que no le dispararan, pero la cogieron y dispararonAnatoliy Fedoruk, alcalde de Bucha

El embajador tiene razón en algo, es cierto cuando menciona que Anatoliy Fedoruk, «el alcalde» de Bucha, tras la retirada de las tropas no declaró la existencia de los episodios conocidos con posterioridad. Pero también lo es que Fedoruk contó que fue testigo de la ejecución de varias personas por parte de los soldados.

«Yo mismo -declaró- he visto varios episodios. Había tres vehículos de civiles que intentaban evacuar hacia Kiev. Les dispararon brutalmente. Vi una mujer embarazada y a su marido que gritaba. Pedía que no le dispararan, pero la cogieron y dispararon».

Respecto a la expulsión de miembros del cuerpo diplomático «27», precisó el embajador, la calificó de «decisión inamistosa». Recordó que el martes, «cuando me citaron en el Ministerio de Asuntos Exteriores, pregunté por el fundamento» de la deportación pero «no me explicaron bien cuál era».

Exteriores lo justificó con el argumento de que realizaban «actividades que no eran compatibles con la actividad diplomática» pero «cuando pedí pruebas o una explicación concreta me la negaron».

Las razones por las que él quedó excluido la atribuyó a la necesidad y voluntad política de «conservar el canal de diálogo diplomático. Por eso decidieron mantener los embajadores en Moscú y en Madrid» ya que este tipo de medidas son siempre con carácter recíproco.

Interrogado por la intervención de Volodimir Zelenski, por videoconferencia en el Congreso, aprovechó para criticar sus ataques a empresas españolas que operan en Rusia. «Kiev quiere adoptar decisiones que le corresponden a España o a sus empresas», dijo en alusión a las compañías que el presidente ucraniano mencionó como colaboracionistas con el Kremlin.