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Ruina y desastre provocados por los ataques de Rusia en la ciudad de Borodianka, al noroeste de Kiev.

Ruina y desastre provocados por los ataques de Rusia en la ciudad de Borodianka, al noroeste de Kiev.AFP

Día 45 de guerra en Ucrania

«Rusia tiene como objetivo a los civiles», advierte Reino Unido

Tras las masacres en Kramatorsk y Bucha, y las acusaciones de crímenes de guerra por parte de la comunidad internacional, Rusia redirige su estrategia hacia los más vulnerables

Tras el brutal ataque en la estación de Kramatorsk, donde 50 civiles, entre ellos 5 niños, murieron asesinados por el ataque de un misil ruso, el ministerio de Defensa británico advirtió de que Rusia avanzaba con una nueva estrategia; a partir de ahora, declaró la institución, las fuerzas del Kremlin pondrán a los civiles de Ucrania en el punto de mira.

Según el ministerio, Rusia estaría centrando sus esfuerzos en la región del Donbás, al este de Ucrania. Aunque la ofensiva incluye misiles de crucero lanzados por sus fuerzas navales, se espera sobre todo un incremento en los ataques aéreos entre el sur y este del país, ya que Rusia pretende establecer un «puente de tierra» entre el Donbás y la región de Crimea, que ya anexionó en 2014.

Las fuerzas ucranianas resisten y, de momento, no han permitido que sus enemigos logren tal avance; sin embargo, advirtieron de que los bombardeos han aumentado en la región.

El presidente del país invadido, Volodimir Zelenski, calificó de «ataque directo a los civiles» el atentado en Kramatorsk. En el momento de la ofensiva, había 4.000 personas reunidas en la ciudad, según el alcalde de la misma. Trataban de huir del lugar.

También destaca la brutal masacre de Boucha, localidad cercana a la capital de Kiev. «Es un verdadero genocidio», denunció entonces Zelenski. La matanza sonó las alarmas internacionalmente, y los líderes globales no tardaron en acusar a Rusia de crímenes de guerra.

«Debemos llamarlos actos de genocidio, y castigarlos como corresponde», declaró el primer ministro polaco, Mateusz Moraquiecki, visión que corroboró su homólogo británico, Boris Johnson.

Debido a su clara violación de los derechos humanos, y de la ley humanitaria internacional, Rusia ya ha sido expulsada del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas; fue el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien, horrorizado por la masacre a civiles en Bucha, lideró la moción de suspensión.

«Este hombre es un bárbaro», denunció el presidente norteamericano durante una intervención pública. «Es un criminal de guerra». Su embajadora en la organización, Linda Thomas-Greenfield, argumentó que un Estado miembro no debería poder seguir participando en el Consejo si a la vez desprecia y viola cada uno de sus principios.

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