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Carteles de Emmanuel Macron y Marine Le Pen llamando al voto durante la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Francia

Carteles de Emmanuel Macron y Marine Le Pen llamando al voto durante la primera vuelta de las elecciones presidenciales de FranciaAFP

Catástrofe de los moderados y mayoría populista

La suma de los votos del centro derecha y los socialistas no alcanza el 8 %

Ambos partidos han gobernado Francia durante 60 años; hoy la suma de las candidaturas de Los Republicanos (Valérie Pécresse) y Anne Hidalgo (Partido Socialista) no llega al 8 %. La primera saca el 5,1 %, según las primeras tendencias, y la segunda, el 1,9%. Sea cual sea la evolución demoscópica de la soirée electoral, la conclusión es nítida: Emmanuel Macron ha logrado su gran objetivo estratégico, es decir, reducir a la irrelevancia a los partidos «de gobierno»; por lo que tendrá las manos libres para recomponer el paisaje moderado, sea cual sea el resultado de la segunda vuelta, para la cual ambas candidatas ya han pedido el voto para el presidente saliente. Nada extraño, pues coinciden en los temas nucleares: defensa de los valores republicanos –laicidad, tolerancia…–, mantenimiento del orden público, inmigración controlada y, sobre todo, compromiso con la Unión Europea.

Una Unión Europea que no sale bien parada de esta primera vuelta: las sumas de las candidaturas de Marine Le Pen, Jean-Luc Mélenchon y Éric Zemmour, todos críticos con Bruselas, suman el 50 % de los votos. Una mayoría populista que no se había alcanzado en ninguna de las elecciones desde 1965, fecha en que por primera vez se eligió al presidente por sufragio universal directo. Ni siquiera en 2002, cuando Jean-Marie Le Pen, padre de Marine, accedió a la segunda vuelta frente a Jacques Chirac; o en 2017, cuando la hija afrontó por primera vez a Macron.

Se quiera o no, el resultado de esta noche confirma una tendencia que comenzó, precisamente, en 2002: ese año, Le Pen padre, con todo el país en su contra, solo mejoró un punto porcentual con respecto ala primera vuelta, del 16,86 % al 17,79 %, siendo elegido Chirac con el 82 % de los votos. En 2012, la hija no se calificó para la segunda vuelta, pero mejoró notablemente el resultado de su progenitor, un 18 %. En 2017, logró casi un 22 % en la primera vuelta y un 33 % en la segunda.

No obtuvo más por su catastrófica prestación en el debate televisivo. En la edición de este año, es más que probable que supere el umbral del 40 % de los votos, pese a que Zemmour es el único candidato que ha decidido prestarle un apoyo nítido. Mélenchon, por su parte, ha pedido que ni un solo voto de los que ha cosechado vaya a Le Pen. Pero, como suelen afirmar los políticos franceses de todos los partidos, nadie es propietario de sus votos. De ahí que el trasvase de votos entre las dos vueltas sea uno de los aspectos de la elección presidencial de 2022.

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