
El presidente Masoud Pezeshkian, junto al jefe de la Organización de Energía Atómica de Irán (OEAI), Mohammad Eslami
Irán y Estados Unidos vuelven al punto de partida: ¿Podrá Trump acordar un nuevo pacto nuclear?
Irán y Estados Unidos vuelven al punto de partida. Donald Trump se retiró en 2018 de manera unilateral del pacto nuclear con Teherán, formalmente conocido como Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés), a pesar de que el país persa estaba cumpliendo con los parámetros marcados en el acuerdo. El republicano aseguró que era un mal acuerdo, negociado por su antecesor Barack Obama, y reimpuso severas sanciones económicas al régimen de los ayatolás. Siete años después, Trump quiere resucitar el pacto nuclear con uno de sus mayores enemigos.
El presidente de Estados Unidos sorprendió al mundo, una vez más, cuando junto al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunció este lunes que mantendría «conversaciones directas» con Irán. Unas declaraciones que, por la cara que se le quedó al israelí, dejaron descolocado al propio Netanyahu que aboga por una confrontación directa con Teherán. Los rumores sobre la posibilidad de rescatar el pacto nuclear se habían disparado, sobre todo, tras el envío de una carta de Trump al mismismo líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei. Después de varias idas y venidas, de advertencias y amenazas, finalmente esa ronda de conversaciones tendrá lugar este sábado en Mascate y con Omán de mediador.
Sin embargo, los equipos negociadores aún no se han sentado y ya han surgido las primeras discrepancias. Mientras que Trump insiste en que las conversaciones se harán de manera «directa», desde Teherán niegan este formato e insisten en que el proceso se realizará indirectamente. El presidente iraní, el reformista Masoud Pezeshkian, ha abogado, desde que asumió el cargo en julio de 2024, por llegar a un acuerdo con Estados Unidos, pero siempre desde la cautela. En el país persa no olvidan que fue Trump quien, de manera unilateral, rompió el pacto y cerró la puerta a cualquier acuerdo. Ahora el republicano quiere volver, pero el régimen de los ayatolás desconfía de sus verdaderas intenciones.
Tampoco ofrecen mucha tranquilidad las últimas amenazas del presidente estadounidense que, además, ha ordenado un gran despliegue militar en Oriente Medio. «La República Islámica correrá un gran peligro», si las conversaciones fracasan, advirtió Trump esta semana desde la Casa Blanca. Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, ha aseverado que «la pelota está en el campo de Estados Unidos». Teherán se muestra cauto, a la espera de conocer qué exigencias pondrá Washington sobre la mesa para levantar las sanciones económicas. El régimen de los ayatolás confía en que Trump se conforme con acordar un nuevo sistema de vigilancia de su programa nuclear civil, no muy distinto al pactado en el JCPOA de 2015.El gran dilema llegará si, por el contrario, Estados Unidos se empeña en desmantelar el programa nuclear iraní por completo, una propuesta que se conoce como la opción Libia y a la que el propio Netanyahu también hizo referencia. En diciembre de 2003, el dictador libio Muamar Gadafi renunció al programa de armas de destrucción masiva del país y permitió a los inspectores internacionales verificar que Trípoli cumplía con su compromiso, a cambio del levantamiento de sanciones. Para Irán esta propuesta supone una línea roja.
Las principales dudas sobre las negociaciones se despejarán este mismo sábado y, al frente de esta ardua tarea están Steve Witkoff, el enviado especial de Trump para Oriente Medio, y por la parte iraní, la delegación está encabezada por su ministro de Asuntos Exteriores, Abbas Araghchi. Aunque el camino no será fácil, Witkoff dejó entrever en una entrevista hace varias semanas con Tucker Carlson, que las condiciones estadounidenses podrían ser aceptables para Teherán. «Deberíamos aclarar los malentendidos. Deberíamos crear un programa de verificación para que nadie se preocupe por la militarización de su material nuclear. Y me gustaría que llegáramos a ese punto porque la alternativa no es muy buena», explicó.
Eso sí, el tiempo es limitado, Trump ha impuesto como fecha límite para llegar a un acuerdo el próximo mes de mayo, es decir, menos de 30 días para conseguir un pacto que lleva siete años paralizado. Irán, que siguió cumpliendo con el acuerdo hasta un año después de la retirada de Estados Unidos, ha conseguido desde entonces acumular reservas de uranio enriquecido hasta el 60 %, mientras que los expertos advierten de que el régimen de los ayatolás está más cerca que nunca de alcanzar el 90 % de enriquecimiento, necesario para la fabricación de armas nucleares.