El primer ministro británico, Boris Johnson, a su salida del 10 de Downing Street
Elecciones locales británicas
Los 'tories' pagan por el Partygate con pérdidas en sus feudos de Londres
El Partido Conservador afronta una dura derrota a medida que se publican los resultados en los diferentes distritos de Inglaterra, Gales y Escocia
Boris Johnson no ha tenido buena noche. Los Conservadores han cosechado una dura derrota en las elecciones locales británicas donde se elegían a 4.360 concejales en Inglaterra, 1.234 en Gales y 1.227 en Escocia. Además, en Irlanda del Norte se elegían a los 90 diputados de la Asamblea.
El primer ministro ha visto cómo su partido perdía casi todos sus feudos en Londres, tal vez el golpe más duro de la jornada para el Partido Conservador.
Entre los distritos que se han pasado al laborismo, están los emblemáticos Westminster (bastión ‘tory’ donde los Conservadores no habían perdido nunca), Barnet y Wandsworth, controlado por los ‘tories’ desde 1978 y distrito favorito de Margaret Thatcher.
Aunque todavía faltan varios distritos londinenses por definir, además de los resultados en el resto de Inglaterra, Gales y Escocia, el desplome de los conservadores es histórico.
Los escándalos se le han acumulado a Johnson durante los años en que lleva al frente del 10 de Downing Street.
El último, el escándalo pornográfico en la Cámara de los Comunes. Las fiestas ilegales en la residencia del primer ministro durante los confinamientos por la pandemia de coronavirus, la pésima gestión de la crisis sanitaria y económica, o el cansancio por los efectos del Brexit, le han pasado una factura que no por esperada ha sido menos dolorosa.
El partido de los Demócrata-Liberales también ha logrado buenos resultados y, al igual que los laboristas, ha crecido a costa del desplome Conservador, especialmente en West Oxfordshire, aunque también han obtenido distritos tradicionalmente laboristas como el de Hull, al norte de Inglaterra.
En cuanto a Irlanda del Norte, todavía no hay resultados, pero las últimas encuestas apuntan a una victoria sin precedentes de los independentistas del Sinn Féin por primera vez desde los Acuerdos de Viernes Santo de 1998 en que se instauró la autonomía para el territorio.
