Elecciones municipales en Reino Unido, o el desafío final de los ‘tories’
El declive reputacional del Partido Conservador, provocado por la larga serie de escándalos, nubla sus posibilidades en los comicios
Reino Unido abrió sus urnas a las siete de la mañana, inicio temprano para la que será una jornada muy larga (sobre todo para los Conservadores).
Los británicos votarán por sus representantes municipales en pleno terremoto de tensión doméstica e internacional, con un Gobierno que no deja de cosechar escándalos, un coste de vida cada vez mayor, y una guerra a sus puertas.
Pertrechado en el número 10 de Downing Street (donde hoy no habrá fiesta alguna), Boris Johnson suda la gota gorda. Sorteó con inesperada agilidad las críticas que desde diciembre amenazan con despojarle del puesto, pero pronto se enfrentará a un obstáculo que no puede salvar: la voluntad de un pueblo profundamente decepcionado con su gestión.
En Inglaterra, los candidatos locales se repartirán 4.360 escaños repartidos entre 146 asambleas municipales. Más de 1.800 de estos escaños se encuentran en Londres, que desde 2018 pertenece a los Laboristas, y donde, en las últimas elecciones, los Conservadores obtuvieron un mínimo histórico.
Gales tiene 22 asambleas municipales, con una cifra graciosa de escaños: 1.234. En Escocia, las asambleas son 32, y los escaños, 1.227. El tema de Irlanda del Norte es más polémico: estas elecciones podrían dar por ganador, por primera vez en sus cien años de historia, al partido nacionalista Sinn Féin.
Frente a este marco, los Conservadores de Johnson se estremecen.
Los tories frente el precipicio
El partido trastabilla desde diciembre, salpicado por una interminable ristra de meteduras de pata: desde la seguidilla de parties en el número 10 de Downing Street, durante la pandemia, hasta el escándalo pornográfico en la Cámara de los Comunes, pasando por las acusaciones de misoginia en Westminster y la torpeza de la gestión de Boris Johnson.
Es buen momento para recordar lo sucedido en diciembre, cuando se demostró que el diputado Owen Paterson había violado la normativa parlamentaria y hecho lobby con empresas privadas. Su dimisión desencadenó unos comicios en la circunscripción rural de North Shropshire.
La región, ancestral bastión derechista, rechazó a los Conservadores por primera vez en casi 200 años, y se decantó por el partido Demócrata Liberal.
El Demócrata Liberal es un partido de centro derecha conservador que está logrando atraer a no pocos votantes tories.
Ed Davey, líder de este partido, espera que la circunstancia se repita. En declaraciones al periódico The Guardian, admitió que los fallos de liderazgo de Johnson animarán a la gente a votar a los Demócratas Liberales ya que, según él, el premier «no es un hombre decente».
«Hay tories de toda la vida que nos dicen que no votarán a los Conservadores mientras Boris Johnson sea primer ministro, y muchos se están pasando a nuestro bando», celebró Davey.
«Un insulto a millones de personas»
¿Qué ha hecho Johnson para contrarrestar se declive reputacional en Inglaterra? Según sus rivales, poco o nada.
La vicepresidenta de los Demócratas, Daisy Cooper, lo acusó de no visitar a muchas de las poblaciones del sur de Inglaterra, conocidas como «el muro azul», es decir: conscripciones Conservadoras «aseguradas» desde siempre.
«Su ausencia en estas elecciones es un insulto a millones de personas», denunció Cooper.
Según explicó el experto electoral, y afiliado al partido Conservador, Robert Hayward, a The Guardian, el partido de Johnson teme perder hasta la mitad de sus escaños. Si el resultado es muy pobre, sugiere el experto, algunos miembros del partido podrían incluso resucitar el plan para derrocar a Johnson, que abandonaron cuando estalló la guerra en Ucrania.
Son preocupaciones que, de cara al público, el primer ministro desecha. Con su despreocupada actitud habitual, Boris Johnson insistió en que seguiría siendo el líder del partido en las próximas elecciones generales.
Declaró estar «completamente seguro de que tenía el programa adecuado para el país», y añadió que «tiene una gran responsabilidad que cumplir».
Las elecciones municipales se centrarán sobre todo en asuntos domésticos y locales, como las escuelas, el transporte, y la recogida de basuras, explicó Andy Street, el alcalde Conservador de los West Midlands.