73 días de guerra en Ucrania
Rusia sufre una oleada de misteriosos incendios en instalaciones clave para su industria militar
Las explicaciones de Moscú ante estos hechos son escasas, lo que hace sospechar aun más del origen de las explosiones
Plantas químicas, almacenes de combustible o fábricas de explosivos son algunas de las instalaciones que, en el último mes, han sufrido misteriosas explosiones a lo largo de todo el territorio ruso. Las deflagraciones se enmarcan en el contexto de la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
El primer incidente de este tipo se registró el 1 de abril en Bélgorod, una ciudad rusa fronteriza con Ucrania. En un primer momento, Moscú acusó al país vecino de atacar un depósito de combustible en esta ciudad rusa, mientras que Kiev nunca ha confirmado ni desmentido las acusaciones.
La explosión y el posterior incendio causado en Bélgorod no ha sido el único que ha sufrido Rusia. El pasado 21 de abril se declararon tres diferentes incendios en las ciudades rusas de Tver, Kíneshma y Koroliov, las instalaciones afectadas fueron: un instituto de investigación militar, una planta química y un centro de investigación aeroespacial, respectivamente. Moscú apuntó directamente al Ejército ucraniano como autor de los ataques contra la industria rusa.
Mijail Podolyak, asesor del jefe de la Oficina del presidente de Ucrania, ironizaba, el pasado 27 de abril, sobre las últimas explosiones en territorio ruso y hacía referencia a una «desmilitarización», condición que exige Moscú a Kiev para llegar a un acuerdo de paz. A pesar de que las autoridades rusas afirman haber visto drones ucranianos en las zonas donde se han producido varios de los incendios, otros como el ocurrido en la isla de Sajalín, en medio del Pacífico, no es atribuible a las fuerzas ucranianas.
Las explicaciones de Moscú ante estos hechos son escasas, lo que hace sospechar aun más del origen de las explosiones, sobre todo, porque se dan principalmente en instalaciones sensibles para la industria militar de Rusia, que libra una guerra en el país vecino. Existen varias teorías que pueden aclarar la sucesión de estos incendios, la más factible es que comandos ucranianos se hayan infiltrado en el país con el objetivo de sabotear infraestructuras claves de Rusia o incluso, los propios rusos, descontentos con las últimas acciones del Kremlin, estén atacando la industria militar del país a modo de protesta.
Las autoridades ucranianas, por su parte, barajan otra hipótesis y acusan a Moscú de estar llevando a cabo ataques de «falsa bandera» para justificar una escalada en el conflicto y declarar, finalmente, la guerra a Ucrania. Recordemos que desde el Kremlin se sigue sosteniendo que en Ucrania hay en marcha una «operación militar especial», el mero uso de la palabra guerra con respecto a este conflicto es considerado motivo de cárcel.
La sucesión de estos misteriosos incendios a lo largo y ancho de todo el territorio ruso no ha hecho más que aumentar la tensión. Vladimir Putin, el presidente del país, advirtió sobre nuevos bombardeos en Kiev, si continuaban estos ataques. Mientras tanto, Reino Unido ha respaldado a Ucrania, sosteniendo que es «completamente legítimo» que ataque posiciones en territorio ruso si con ello consigue «interrumpir la logística bélica» del Kremlin.
En medio de las dudas sobre los últimos acontecimientos, Rusia se prepara para la celebración del Día de la Victoria, el próximo 9 de mayo. Desde Occidente se lleva semanas especulando que este día puede suponer un punto de inflexión en la guerra de Ucrania, pero se difiere en el cómo. El aliado en Europa de Putin, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, aseguró al Papa Francisco que el 9 de mayo «todo acabará».
El resto de los países europeos no comparten los pronósticos de Hungría y vaticinan que el conflicto se postergará en el tiempo y que, el próximo lunes, Putin podría declarar definitivamente la guerra a Ucrania o anunciar la celebración de referéndums en los territorios ucranianos ocupados por las fuerzas rusas.