Silvio Berlusconi, antiguo primer ministro italiano, limpiándose el sudor
Acusan a Berlusconi de ser un «sultán» con «esclavas sexuales» en sus fiestas
El antiguo primer ministro italiano, a juicio por sobornar a los asistentes de sus «orgías» bunga bunga
Silvio Berlusconi, legendario hedonista y antiguo primer ministro italiano, describía las míticas fiestas que celebraba como «veladas elegantes e inocentes». Curioso adjetivo para estos bacanales donde bailarinas hacían striptease y pole dancing.
Eran conocidas como las «fiestas bunga bunga», por la expresión que el antiguo dictador libio, Muammar Gaddafi, enseñó a Berlusconi.
Muchos de sus asistentes, entre los que llegó a figurar hasta Vladimir Putin, ilustraron con anécdotas el ambiente lujurioso de las veladas: mujeres disfrazadas de monjas, bailes eróticos y orgías.
En 2013, el primer ministro fue condenado a siete años de cárcel por prostitución infantil, cuando mantuvo relaciones sexuales una bailarina de danza del vientre llamada Karima El-Mahroug. La adolescente, de 17 años, denunció ante la fiscalía de Milán que Berlusconi le pagó 10.000 euros.
Sin embargo, al año siguiente, el veredicto se anuló tras una apelación de los abogados de Berlusconi, que argumentaron que el acusado no conocía la edad real de la menor cuando se acostó con ella.
Durante el sumario del proceso, la magistrada Tiziana Siciliano lo describió como un «sultán», que «animaba sus fiestas con un grupo de odaliscas, es decir, esclavas sexuales, a las que pagaba para que lo entretuvieran».
Según la fiscalía de Milán, Berlusconi pagaba el alquiler de apartamentos en la ciudad para sus invitados más asiduos, a menudo showgirls que conocía en programas de su compañía televisiva.
Siciliano, que será quien anuncie el veredicto de este juicio, calificó de «medieval» el comportamiento de Berlusconi con las mujeres. Alegó que se aprovechó de ellas, a pesar de que «no tenían la capacidad de protegerse de los depredadores».
La magistrada citó el caso de Imane Fadil, una de las invitadas del antiguo primer ministro, que murió en 2019 de una misteriosa enfermedad justo después de declarar contra Berlusconi. «Tenía miedo, y ese miedo permaneció con ella hasta su muerte», lamentó Siciliano.
