102 días de guerra en Ucrania
La resistencia a Putin se extiende por Rusia con actos de sabotaje en todo el país
La emergente resistencia a la guerra y al régimen de Putin se extiende por toda Rusia, pero falta una oposición organizada que la canalice en una alternativa real
No existe oposición en Rusia. Años de represión contra líderes políticos y medios de comunicación han dejado un panorama desolador, sin nadie que se atreva a levantar la voz ante el autoritarismo de Vladimir Putin.
Esa realidad podría haber cambiado con la guerra en Ucrania. La invasión rusa ha encendido la chispa de un movimiento de resistencia que se está traduciendo en actos de sabotaje contra el engranaje de la máquina militar rusa.
100 días de guerra en Ucrania
El 20% de Ucrania está ocupada por Rusia, que se acerca al límite de su capacidad ofensiva
Ataques contra centros de reclutamiento, sabotajes en las líneas de ferrocarril para dificultar las vías de suministros, incendios en fábricas de vehículos militares… Los ataques se han producido en prácticamente toda la geografía del país.
El más llamativo de todos ellos ha sido, tal vez, el que tuvo lugar en la ciudad de Naberezhnye Chelny el viernes 3 de junio, donde el almacén de una fábrica de plástico y caucho ardió en un espectacular incendio.
La particularidad del suceso: la empresa es proveedora del ejército ruso para la fabricación de neumáticos de sus camiones militares.
Otro extraño suceso sin aclarar y que ha sido atribuido a la acción de saboteadores ha sido, también el viernes, el incendio de un centro de negocios en pleno distrito financiero de Moscú.
En opinión del opositor ruso exiliado en Kiev y político izquierdista, Ilya Ponomarev, «no hay oposición en Rusia, pues una oposición es una fuerza política opositora organizada, y eso no existe en Rusia».
Lo que sí que existe en Rusia, y cada vez hacen más ruido, «son disidentes y activistas políticos que están contra Putin y quieren un cambio político». Su problema: «Están desorganizados».
Ponomarev reside en Kiev desde el año 2016. Con el inicio de la invasión a Ucrania, se puso al servicio de las defensas territoriales para contribuir en la lucha contra el ocupante.
En el año 2014 era miembro de la Duma, el Parlamento ruso, y fue el único parlamentario que votó en contra de la anexión de Crimea.
En una entrevista concedida al periódico Kyiv Post explica que «hay una resistencia significativa que crece cada día. La gente está atacando las oficinas de alistamiento del ejército. Incendian los coches de policía y atacan las infraestructuras de ferrocarril. La resistencia está creciendo».
Por el momento, explica, esta resistencia tiene un tamaño pequeño, «está empezando a emerger». «Lo importante es que se está produciendo en todas partes: hay casos en Moscú, en Vladivostok, en Khabarovsk, en Siberia, en Murmansk… En todas partes».
Son acciones que «no se pueden atribuir a la inteligencia ucraniana o a saboteadores ucranianos. Los ucranianos pueden llevar a cabo actos de sabotaje en la frontera, pero no en Vladivostok (el lejano oriente ruso). Es evidente que los responsables son rusos».
La mayoría de estos sucesos se deben a acciones individuales fruto de la iniciativa personal. «Ahora se trata de ver cómo se enmarca todo esto en un movimiento político».
Ponomarev se muestra muy crítico con Putin: «Es una persona muy conservadora que apela en parte al pasado. Invoca la historia soviética y la autocracia zarista, y eso tiene cierto atractivo para la sociedad». El régimen de Putin, afirma, «es un régimen fascista».