123 días de guerra en Ucrania
Hay más de 600 refugiados ucranianos sin techo en Reino Unido
Los programas de alojamiento británicos tienen una laguna importante: no toman en cuenta incompatibilidades entre anfitriones y refugiados, que en muchas ocasiones terminan en la calle
Desde que empezó la guerra en Ucrania, hace ya casi cuatro meses, más de 770.000 refugiados ucranianos han llegado a Reino Unido para asentarse temporalmente o de forma indefinida. Sin embargo, no todos encontraron la paz en tierras británicas: cientos de estos desplazados se encuentran sin hogar ni recursos, en la calle.
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El Gobierno de Westminster, que es quién compartió la cifra total de refugiados llegados al país, señaló que desde el 24 de febrero hasta el 3 de junio 660 unidades familiares ucranianas habían pedido asistencia a sus autoridades legales por falta de vivienda.
Eso no es todo; un cuarto de las alcaldías locales no han dado aún sus cifras, y las redes sociales están plagadas de ucranianos ya asentados en Gran Bretaña, solicitando de nuevo alojamiento. La cantidad total de refugiados en busca de hogares podría ser en realidad mucho mayor de lo que parece.
Una investigación del canal estadounidense CNN se dedicó a entrevistar a varios de los ucranianos que perdieron su alojamiento en Reino Unido por choques con los anfitriones. Las pequeñas disputas domésticas con los desconocidos que los acogieron provocan que muchos refugiados terminen en la calle.
Vivir con desconocidos
Natalia Arnautova, de 28 años, huyó desde Odesa y terminó refugiada en Reading, a 80 kilómetros de Londres. Allí, se hospedaría en casa de la pareja que conoció a través de una página web. Juntos, solicitarían un visado para Arnautova.
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Sin embargo, tras un mes de cohabitación, los tres se dieron cuenta de que el arreglo no funcionaria, debido a diferencias irreconciliables. «Natalia no quería vivir en Reading. Siempre dejó claro que prefería Londres», señaló Adrian, uno de sus anfitriones, a la CNN. Además, la ucraniana hablaba mal inglés; comunicarse les resultaba casi imposible.
Por eso, fue un traductor quien informó a Arnautova de que tenía que irse. «No tienes donde vivir, te están echando», explicó un funcionario del ayuntamiento a la ucraniana. Ella hizo las maletas llorando, y pidió a las autoridades una habitación de hotel para pasar la noche. En su lugar, le ofrecieron una cama en un albergue para personas sin hogar, que ella rechazó por miedo.
Después de su negativa, el ayuntamiento dejó de esforzarse, explicó Arnautova. Su oficina cerró a las cinco de la tarde, como cada viernes, y no volvieron a ponerse en contacto con ella hasta dos semanas más tarde, para preguntar dónde estaba viviendo.
En cuanto a la pareja que la echó de su casa, jamás se imaginaron que Natalia terminaría en la calle. «Le ayudamos con todo, la documentación, la seguridad social, permisos de residencia… Me dio mucha pena que no saliese adelante», explicó Adrian. Tanto él como su mujer pensaban que el ayuntamiento asignaría un nuevo anfitrión a la ucraniana.
Según la CNN, las autoridades británicas no están lo suficientemente preparadas para casos como el de Natalia.
Fracasos
El programa ‘Homes for Ukraine’ es la iniciativa de integración más ambiciosa jamás ideada por el Gobierno británico. Ya hay más de 100.000 personas registradas para ofrecer sus hogares.
«Con cualquier programa de esta escala, habrá fracasos. Habrá alojamientos que no funcionarán. Y de momento, no existe un sistema de reasignación coherente», denunció Sarah Nathan, co-fundadora de la organización ‘Refugees at Home’.
De momento, este sistema existe, pero los anfitriones solo pueden utilizarlo si la situación se considera peligrosa para la refugiada.