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Vladimir Putin y Emmanuel Macron en su encuentro del pasado 7 de febrero en el KremlinEFE

Los papeles de UBER

¿La larga mano de Putin en los papeles de Uber?

Rusia también podría estar detrás de la avalancha de documentos que ha puesto a UBER a los pies de los tanques de la crítica y la reputación de Emmanuel Macron a la altura del betún

La largo mano de Vladimir Putin sigue atravesada entre los papeles de WikiLeaks. La principal fuente de documentación del invento de Julian Assange, parecería ser que, ahora, podría estar también en el «Uber files», los papeles de la empresa filtrados a The Guardian y compartidos por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y otros 42 medios asociados.

Al gobierno ruso se le consideró el principal suministrador de los correos electrónicos contra la campaña de Hillary Clinton en 2016, donde se impuso Donald Trump frente a la mayoría de los pronósticos.

Ironías de esta historia, el último perjudicado por la documentación, en bruto, entregada a The Guardian y compartida por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y otros 42 medios asociados, es uno de los presidentes, junto a Boris Johnson, más beligerantes con el Kremlin por su invasión a Ucrania.

Macron acaba de ganar unas elecciones presidenciales que, en principio, le garantizan cumplir su segundo gobierno en el Eliseo. Pero,el resultado un mes más tarde las Legislativas, le ha dejado en un escenario incómodo que le obliga a pactos y alianzas a los que, por su naturaleza, no es proclive.

El perfil lobbista de Macron

Destapar ahora su rostro como lobista de una multinacional que procura no pagar impuestos en buena parte de los países donde opera no le deja en buena posición.

A esto hay que sumar las denuncias de maltrato a sus empleados, la presunta compra de Think Tanks, según los papeles del Consorcio y algo legal, pero con mala imagen: la firma, a golpe de chequera, llegó a elaborar una lista de más de 1.850 pesonas influyentes para que le ayudarán a la implantación de sus negocios en la Unión Europea.

El escándalo de su intervención a favor de UBER, antes y durante su primer Gobierno, le puede pasar a Macron una factura alta, mientras Putin observa desde la distancia como sus principales enemigos europeos pierden espacio en su propio territorio.

Los otros salpicados

En los papeles de Uber también aparecen salpicados el por entonces primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, la priera ministra irlandesa Enda Kenny y el ex presidente de estonia, Toomas hendrik.

En ese contextom también se menciona a Joe Biden cuando era vicepresidente de Obama y sus reuniones con el por entonces director ejecutivo de Uber, Travis Kalanick en el foro de Davos de 2016.

Tambien ejecutivos de UBER sedujeron a oligarcas rusos. La empresa acusada de acoso sexual, abuso laboral, racista y mooving tomó nota de esto y en 2019 destituyó o le invitó a dejar el cargo a Kalanik.

En uno de los nuevos papeles se menciona que hubo un intento de consultar a Mariano Rajoy para abordar los problemas legales de la empresa. La cuestión la habría planteado Jim Messina, que estuvo trabajando en la campaña del ex presidente del Gobierno.

No es la primera vez que se vislumbra la intervención de Rusia en esta filtraciones donde, de forma indirecta, se beneficia al Kremlin.

En 2016 CNN mencionaba fuentes del Ejecutivo de Obama que garantizaban que «Moscú proporciona información o es directamente responsables de las fitraciones» que llegan a manos de WikiLeaks.

Los funcionarios consultados entonces por la cadena de televisión no dudaban de la intervención del ex agente de la extinta KGB que hoy está al frente del Kremlin y desató la brutal invasión de Ucrania.

WikiLeaks, pese a la insistencia de CNN, evitó manifestarse sobre si era cierto que Rusia era el principal distribuidor del material que rebota al consorcio de medios, pero Julian Assange, por su parte, siempre nego mantener cualquier vínculo.

Putin es uno de los grandes defensores del fundador de esta empresa que puso en jaque a Gobiernos del mundo entero, tensó las relaciones internacionales entre páises amigos y puso en riesgo la vida de miles de agente de intelegncia,.

Moscú acogió a Edward Snowden, analista informático y miembro de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), cuando éste filtro documentos secretos de EE.UU.

«Está absolutamente claro: WikiLeaks trabaja con los rusos»Mike Morrell, ex director de la CIA

Mike Morrell, ex director de la CIA, lo dijo hace tiempo: «está absolutamente claro» que «WikiLeaks trabaja con los rusos».

Putin, como hiciera con los que advertían que preparaba una invasión a Ucrania cuando él defendia su derecho a realizar maniobras militares en su territorio, ridiculizó siempre estas acusaciones que calificaba de «histeria».

Su ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov desafió recientemente en entrevista con Christian Amanpour en CNN: «Que lo demuestren». Como su jefe, añadió: «Decir que Rusia está interfiriendo en los asuntos internos de Estados Unidos es rídiculo».

La cadena de televisión también recordó hace tiempo las declaraciones de Josh Earnes, ex secretario de prensa de Barak Obama, en las que dijo: «El tipo de revelaciones que hemos visto, incluso en WikiLeaks, de mails sustraídos a personas importantes del escenario político resulta consistente con los esfuerzos dirigidos por Rusia» para perjudicarles.

John Podesta ex jefe de Gabinete de Bill Clinton, director de la campaña de Hillary Clinton en 2016 y asesor del Gobierno de Barak Obama, fue una de las víctimas del hackeo de su correo electrónica y de los primeros en advertir que «como los kackeos a otras cuentas, es obra del gobierno ruso».

En las filas demócratas se atribuyó la derrota de Hilary Clinton a esa guerra feroz en su contra tras hacerse públicos sus correso electrónicos, denunciar que había utilizado el mail oficial para asuntos domésticos y otros de sus colaboradores más cercanos como Podesta.

Ahora, la pregunta es si, de nuevo, se podrá confirmar que Rusia está detrás de la información publicada por The Guardian, el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y los otros 42 medios asociados.