Macron, debilitado tras las elecciones, remodela su Gobierno
El presidente no mete a fondo el bisturí de los cambios pero prescinde, entre otros, de uno de los tres ministros acusado de violación
El resultado de las elecciones legislativas anticipaban lo que se venía. A Emmanuel Macron no le iba a quedar más remedio que reestructurar su gobierno. Y así ha sido.
Sólo era cuestión de tiempo que el presidente se sentará a pensar y tomará las decisiones que inauguran su segundo periodo de gobierno.
Macron lo ha hecho sin provocar grandes traumas pero decepcionando a aquellos que le exigían prescindir de los tres colaboradores acusados de abusos sexuales.
El segundo mandato se anuncia difícil para su agenda reformista y liberal, tras perder la mayoría absoluta en el Parlamento.
Macron «tendió la mano en cuatro ocasiones a la oposición para poner todas las opciones sobre la mesa. Dijeron no», indicó un consejero del ejecutivo, -informa Efe- para quien la «mayoría presidencial» es así «la única que existe».
Lejos de la mayoría y cerca de la crisis
Con 250 diputados y a 39 de la mayoría absoluta, Macron no introdujo cambios en profundidad, pero reforzó el peso de sus aliados. El anuncio más destacable no es la entrada de los nuevos ministros, sino la salida de uno de los tres miembros acusados de violación.
Ante la creciente presión, el presidente centrista reemplazó a Damien Abad como ministro de Solidaridades, Autonomía y Personas Discapacitadas, por el director general de la Cruz Roja francesa, Jean-Christophe Combe.
El nombramiento de Abad en el primer gobierno de la primera ministra Élisabeth Borne el 20 de mayo se presentó como un fichaje de la derecha, pero las revelaciones días después de presuntas agresiones sexuales lastraron al ejecutivo.
La justicia francesa abrió la semana pasada una investigación por intento de violación, hechos que él niega. Aunque también son objetos de denuncias por violación, otros dos miembros del gobierno de Borne siguen en el cargo.
La fiscalía pidió archivar a inicios de 2022 una denuncia contra el ministro del Interior, Gérald Darmanin, que ahora asume también Ultramar. La secretaria de Estado Chrysoula Zacharopoulou afronta también demandas por violación durante el ejercicio de su profesión de ginecóloga.
La entrada más destacada en el nuevo gobierno de Borne es la de Laurence Boone, actual jefa de economistas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), como nueva secretaria de Estado de Asuntos Europeos.
Su predecesor Clément Beaune, el «señor Europa» de Macron desde su llegada al poder en 2017, ejercerá ahora como ministro delegado de Transportes, tras ganar 'in extremis' un escaño de diputado en las legislativas de junio.
En virtud de una regla no escrita, los ministros que optaban a un escaño y no lo lograban debían abandonar el ejecutivo. Tres no lo consiguieron, entre ellos Amélie de Montchalin, una allegada de Macron, y Brigitte Bourguignon.
Christophe Béchu asumirá el ministerio clave de Transición Ecológica, en sustitución de De Montchalin, y el médico de emergencias François Braun, la cartera de Salud de Bourguignon, en plena séptima ola de contagios de covid-19.
Esta remodelación marca en la práctica el inicio del segundo mandato del presidente centrista, dos días antes del discurso de política general de su primera ministra, y cierra un período de incertidumbre desde su reelección el 24 de abril.
El nuevo gobierno no convenció a la extrema derecha y a la izquierda radical, los principales grupos de oposición de la Asamblea (cámara baja), pero tampoco a la formación que busca atraer el oficialismo: Los Republicanos (derecha).
«Quienes fracasaron siguen en el cargo. El presidente ignora de nuevo el veredicto de las urnas y la voluntad de los franceses de una política diferente», tuiteó la líder ultraderechista Marine Le Pen.
Aunque la oposición espera que Borne presente una moción de confianza tras su discurso, la llegada al gobierno de muchos ministros apunta a que esa práctica habitual no tendrá lugar. La decisión corresponde al consejo de ministros, que se reunirá este lunes a partir de las dos de la tarde.
Borne ya inició en cambio la negociación con la oposición de su primer proyecto de ley, un paquete de medidas que busca proteger el poder adquisitivo y cuya adopción espera para finales de julio o principios de agosto.
El alza de precios -especialmente del combustible y de la alimentación- por la guerra en Ucrania es la principal preocupación de los franceses y una señal de alerta para Macron, cuyo primer mandato ya estuvo marcado por fuertes protestas sociales.