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El primer ministro italiano, Mario Draghi

El primer ministro italiano, Mario DraghiAFP

La desunión de su Gobierno, el obstáculo que Mario Draghi no quiso superar

Cuando el Movimiento Cinco Estrellas dio la espalda a Mario Draghi, el primer ministro decidió dimitir

Europa pierde sus líderes, uno por uno. La semana pasada, el primer ministro británico, Boris Johnson, anunció que abandonaba el cargo. Y ahora es Mario Draghi, su homólogo en Italia, quien renuncia a su posición como líder del Gobierno, tras un año y medio de crisis, tensión política, y dificultades.

El detonador, en este caso, fue uno de sus socios dentro del Gobierno de coalición: el partido Movimiento Cinco Estrellas (M5S), liderado por Giuseppe Conte, le dio la espalda y se abstuvo de votar en una moción de censura que Draghi, por otra parte, ganó holgadamente. El premier, que antaño presidió el Banco Central Europeo, ya había declarado anteriormente que nunca gobernaría sin el partido de Giuseppe Conte como aliado.

«Quiero anunciaros que esta tarde presentaré mi dimisión ante el presidente de la República. La votación de hoy en el Parlamento es un hecho muy significativo desde el punto de vista político. La mayoría de unidad nacional que ha sostenido este Gobierno desde su creación ya no existe y ha terminado el pacto de confianza que basaba la acción del Gobierno», señaló Draghi ante el Consejo de Ministros, reunido en Roma.

Esta unidad ha sido fundamental para afrontar los retos de estos meses. Estas condiciones ya no existenMario Draghi

La gota que colmó el vaso entre Draghi y Conte fue un decreto con ayudas contra la inflación, que el partido M5S ve «insuficiente», y que critica por incluir medidas como la financiación de una incineradora de basuras para la ciudad de Roma.

18 meses en Roma

El ambiente era otro, completamente distinto, cuando Draghi asumió el cargo en febrero de 2021. Se puso al frente del Ejecutivo con el apoyo de todos los partidos excepto el de Giorgia Meloni, Hermanos de Italia.

Fue el mismo presidente, Sergio Mattarella, quien le propuso asumir el liderazgo de una Italia económicamente dañada por la pandemia. Tras la resignación, precisamente, de Giuseppe Conti, el país apostó por Draghi, experto economista, para administrar el país.

El suyo fue un Gobierno corto, pero ejemplar. Durante los dieciocho meses que pasó a la cabeza de Italia, las encuestas señalaban que el público general aprobaba su gestión, y al final de su primer año como primer ministro, la revista The Economist nombró Italia ‘País del Año’, con mención especial al liderazgo de Draghi.

Pero ese liderazgo siempre fue condicional, y el factor clave, la unidad.

«En mi discurso de investidura en el Parlamento, dije que este Gobierno debía seguir solo si tenía clara la perspectiva de poder poner en marcha el programa de Gobierno que todas las fuerzas políticas habían votado», explicó Draghi.

«Esta unidad ha sido fundamental para afrontar los retos de estos meses. Estas condiciones ya no existen», terminó Draghi ante sus ministros, a los que agradeció y animó a estar «orgullosos» por los objetivos logrados en «un momento tan difícil».

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