159 días de guerra
Un excolaborador de Putin contrae una enfermedad rara tras protestar contra la guerra
Anatoly Chubais, antiguo enviado del Kremlin en Ucrania, se encuentra hospitalizado «en condiciones críticas» con problemas en el sistema nervioso
Anatoly Chubais era el enviado especial del Kremlin en Ucrania. Abandonó el puesto en febrero, a raíz de la invasión que convirtió al país vecino de Rusia en campo de batalla. La dimisión de Chubais fue un duro golpe para el régimen de Vladimir Putin: de todos los miembros de su Gobierno que le dieron la espalda, este fue el de mayor perfil.
Chubais salió de Rusia inmediatamente después de la dimisión. Actualmente, se encuentra en Europa, y acaba de ser hospitalizado «en condiciones críticas».
Según informó su mujer, Avdotya Smirnova, Chubais, que tiene 67 años de edad, sospecha que sufre de una enfermedad inmunológica poco común, que ataca al sistema nervioso. Se trata del síndrome de Guillain-Barré, trastorno en el cual el propio sistema inmunitario de una persona daña sus neuronas y causa debilidad muscular y a veces parálisis.
El antiguo colaborador de Putin se encuentra en condición «estable, pero grave», y aunque puede comunicarse, es incapaz de caminar.
Smirnova explicó que, mientras pasaban las vacaciones en Cerdeña, Italia, su marido se había sentido mal de repente, y sus extremidades empezaron a entumecerse. En declaraciones a la agencia Reuters, una fuente cercana al antiguo enviado especial afirmó que el paciente «cree que es una enfermedad, y no un envenenamiento».
Sin embargo, los especialistas que acudieron a inspeccionar la habitación de Chubais lo hicieron pertrechados con trajes a prueba de materiales peligrosos.
La «firma del Kremlin»
El Kremlin no tardó en manifestar sus simpatías, y desearle al enfermo una rápida recuperación. Pero el asunto está sumido en la sospecha: los síntomas de Chubais resultan familiares, porque ya son varios los críticos de Putin que sufrieron dolencias misteriosas.
En 2020, Alexei Navalni, opositor ruso, estuvo a las puertas de la muerte por envenenamiento. Durante el transcurso de un vuelo desde Omsk hasta Moscú, Navalni empezó a gritar agonizante, seguro de que moría; más tarde, se demostró que había sido envenenado con Novichok, una potente sustancia letal que afecta al sistema nervioso. Según Leonid Volkov, socio de Navalni y político ruso, es una sustancia típica del Kremlin, casi como «una firma en la escena del crimen».