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Oleksii Reznikov, ministro de Defensa de Ucrania

Oleksii Reznikov, ministro de Defensa de UcraniaPresidencia

Día 167 de guerra en Ucrania

Ucrania desbarata un complot ruso para asesinar a su ministro de Defensa

Los asesinos de los servicios de inteligencia rusos planeaban también atentar contra el jefe de la inteligencia militar

La guerra en las retaguardias de ambos bandos enfrentados en Ucrania se está revelando como un elemento de cada vez mayor importancia. Incluso, con el tiempo, podría terminar por inclinar la balanza de la victoria hacia el lado ucraniano o el ruso.

Los partisanos ucranianos están haciendo la vida imposible a los ocupantes rusos en Jersón, Mariúpol o Melitopol con ataques y sabotajes contra infraestructuras y líneas de suministros y atentados contra funcionarios nombrados por el Kremlin.

Moscú, por su parte, ha movilizado a su servicio secreto y ha logrado infiltrarse en las estructuras administrativas ucranianas para obtener información y tratar de asesinar a funcionarios y miembros de gobierno.

Los servicios secretos ucranianos, duramente golpeados también por los «topos» rusos, han desbaratado una red rusa cuyo objetivo era asesinar al ministro de Defensa, Oleksij Reznikov, y al jefe de la inteligencia militar ucraniana, Kyrilo Budanov.

Según el servicio secreto ucraniano, han logrado detener a dos asesinos pertenecientes a las unidades especiales rusas que se preparaban para cometer una serie de atentados.

Los servicios secretos ucranianos aclararon que los espías rusos fueron interceptados en la localidad de Kovel, al noroeste del país. Al menos uno de ellos logró acceder a territorio ucraniano a través de la frontera bielorrusa.

Tras interrogar a los asesinos, el servicio de inteligencia descubrió que el Kremlin les había ofrecido una recompensa de 150.000 dólares por las cabezas de los dos objetivos.

La presencia de agentes infiltrados y funcionarios al servicio del Kremlin es un constante quebradero de cabeza para el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.

El pasado 18 de julio destituyó a la fiscal general, Irina Venediktova, y al jefe de los servicios de seguridad, Ivan Bakanov, amigo personal de Zelenski desde la infancia. El motivo: sus vínculos con los servicios secretos rusos.

Zelenski señaló que más de 60 empleados de ambas oficinas colaboraban con los invasores rusos en los territorios ocupados y «trabajan contra nuestro Estado».

Tras estas dos destituciones, prosiguió la investigación para detectar «topos» en los servicios de inteligencia ucranianos.

Según señaló el propio Zelenski, se encuentran en curso más de 600 procesos penales por traición y colaboración con Rusia.

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