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Rumanía se encuentra alerta por la inestable situación de la central nuclear de Zaporiyia

Rumanía se encuentra en alerta por la inestable situación de la central nuclear de ZaporiyiaSergey Dolzhenko

182 días de guerra en Ucrania

El «chantaje nuclear», la nueva arma en Ucrania tras seis meses de invasión

Un ataque deliberado o un accidente, como mínimo, privaría a Ucrania de hasta el 20 % de su electricidad y miles de civiles podrían estar en peligro de morir de hambre o congelarse en invierno

Desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania, las centrales nucleares que se encuentran en su territorio han sido posiciones estratégicas en el campo de batalla y a su vez fuente de preocupaciones internacionales.

Primero, la atención e centró en la antigua planta nuclear de Chernóbil, reviviendo la sombra de uno de los mayores desastres radiactivos en la historia del mundo, y ahora lo es la central de Zaporiyia, que está ubicada en el río Dnipro, en el sureste de Ucrania.

Zaporiyia, la mayor planta de energía nuclear de Europa, fue uno de los primeros sitios en ser ocupados por las fuerzas rusas después de que comenzara la invasión. Desde el 1 de marzo, el personal ucraniano opera la planta bajo estricto control militar por parte de Rusia.

La central nuclear, construida originalmente por la Unión Soviética a principios de la década de 1980, ha generado en las últimas semanas preocupación debido a los contantes bombardeos en sus proximidades de los que ni Rusia ni Ucrania aceptan ser responsables.

Tanto Kiev como Moscú han advertido sobre un inminente ataque de «bandera falsa» en Zaporiyia que, de llegar a suceder, no sólo podrían hacer cambiar el rumbo de la guerra, sino provocar una catástrofe ambiental y sanitaria que no conoce de fronteras.

La versión de Rusia

Durante una aparición en la televisión estatal rusa, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, dijo que Ucrania estaba planeando una «provocación» durante la visita del secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, a Ucrania.

«Esto no es solo una provocación, esto es lo que condenamos como chantaje nuclear. ¿Y qué más es sino una provocación de larga duración en torno a una instalación nuclear, una amenaza directa a la energía nuclear? Este es, ciertamente, un acto de chantaje nuclear», dijo Zakharova.

La portavoz rusa agregó que el presunto chantaje no estaba dirigido solo a un país o partido, sino a toda Europa. «Estamos hablando de energía nuclear, todo el continente europeo está siendo rehén porque todo esto está en el corazón de Europa».

La versión de Ucrania

Por su parte, Mikhailo Podoliak, asesor del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha sugerido que solo Rusia puede evitar que ocurra un desastre en la planta.

Podoliak dijo que la «solución» sería que Rusia terminara con los bombardeos, desminara los edificios, liberara a los trabajadores ucranianos y se fuera.

Asimismo, la agencia de inteligencia de defensa de Ucrania sugirió que Moscú estaba planeando un ataque de «bandera falsa» contra la planta de energía nuclear.

«Oficiales de inteligencia ucranianos creen que los rusos están preparando una provocación en Zaporiyia. Después de su extenso bombardeo, los invasores podrían 'aumentar las apuestas' y organizar un verdadero ataque terrorista en la instalación nuclear más grande de Europa», dijo el Centro de Comunicación Estratégica de Ucrania.

Podría determinar el rumbo de la guerra

Lo cierto es que un ataque deliberado, ya sea por Ucrania, para recuperar el control de la central, o de Rusia, para aterrorizar a los países occidentales, o un error de cálculo que provoque un accidente podría hacer cambiar el rumbo de la guerra.

Hoy por hoy, la planta es más útil, operativamente hablando, para Ucrania que para Rusia. Recuperar su control en condiciones intactas sería un objetivo lógico por parte de Ucrania. Por otra parte, Rusia, con sólo apagarla, desconectarla de la red eléctrica ucraniana o conectarla a la red rusa, podría doblegar a Ucrania de cara al invierno.

Para John Erath, director principal de políticas del Centro para el Control de Armas y la No Proliferación, una organización sin fines de lucro, cualquier incidente en Zaporiyia «privaría a Ucrania de hasta el 20 % de su electricidad» y «miles de civiles podrían estar en peligro de morir de hambre o congelarse».

Erath no descarta que «incapaz de lograr sus objetivos en el campo de batalla, Rusia puede estar armando el invierno».

Para Antony Froggatt, miembro principal y subdirector del grupo de expertos británicos del Chatham House, dada la trágica experiencia de Chernóbil en 1986, «la comprensión de las consecuencias de una liberación significativa de radiación es mucho mayor en Ucrania que en otros lugares, lo que genera una preocupación pública significativa».

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