El ascenso de China y el difícil equilibrio de EE.UU. entre Europa y Asia
La Alianza Atlántica está experimentando un renacimiento veloz, pero ¿el compromiso de EE.UU. con la seguridad de Europa es sostenible?
El mayor club militar del mundo, la OTAN, fundado en 1949 por doce países, cuenta hoy con treinta socios que concentran el 50 % del PIB mundial y está en expansión.
No hace muchos meses, analistas políticos planteaban la necesidad de su refundación y otros pronosticaban su final para antes de 2030, sin embargo, nadie podía esperar su fortalecimiento.
El escenario de la Historia ha cambiado. La Alianza Atlántica está experimentando un renacimiento veloz.
La guerra en Ucrania ha vuelto a atraer la atención de Washington hacia Europa como no se había visto desde 1990, mientras se libraban dos guerras en los Balcanes, cuando Estados Unidos orquestó la expansión de la OTAN hacia el este. Pero aquello no fue muy lejos.
Estados Unidos ha apoyado a Ucrania con cantidades masivas de armas, ha reunido a Occidente en torno a sanciones económicas sin precedentes contra Moscú y ha reforzado a la OTAN con despliegues de fuerzas adicionales.
Sin embargo, el compromiso de la administración Biden con Europa es insostenible a largo plazo. Rusia y la guerra de Ucrania seguirán siendo un importante foco de atención para Estados Unidos en los próximos meses y más allá. Pero, ¿hay forma de que Washington pueda mantener el nivel actual de compromiso y despliegue de fuerzas y dotación de recursos a Europa a largo plazo? El riesgo de un conflicto en Asia no ha terminado, y su esfuerzo puede pivotar hacia el Pacífico.
El continuo ascenso de China hará que a Estados Unidos le resulte imposible equilibrar las demandas de sus aliados en Europa y Asia y mantener al mismo tiempo la presencia de fuerzas necesaria para disuadir a Rusia y China. Estados Unidos puede verse desbordado. Todos los presidentes estadounidenses habían pedido a los europeos un mayor gasto en defensa. Trump lo hizo de forma muy explícita y fue sometido a severas críticas por ello.
La ocupación de Ucrania ha supuesto el choque definitivo que obliga a Europa a asumir su responsabilidad. Alemania anunció un «Zeitenwende» (cambio de era) y aprobó un aumento de 100.000 millones de euros en gastos de defensa.
Europa se ha comprometido a gastar unos 200.000 millones de dólares en los próximos años. Unos fondos adicionales que deberían mejorar las capacidades de los ejércitos europeos, reforzar la OTAN y reducir la dependencia con Estados Unidos.
Europa no gasta para proteger al continente en su conjunto; hasta ahora lo ha hecho Estados Unidos
El problema estructural más importante es que el aumento de los gastos de defensa europeos no se está destinando a la defensa colectiva de Europa, sino a la defensa nacional de cada país. Europa no gasta para proteger al continente en su conjunto; hasta ahora lo ha hecho Estados Unidos. Washington proporciona las capacidades y activos de alta gama (transporte, reabastecimiento y defensa aérea y antimisiles) que permiten a Europa luchar por Europa.
Cumbre de la OTAN de Madrid
Este es el general estadounidense que coordina las operaciones de la OTAN en Europa
La Unión Europea debería ser una potencia militar mundial y «no lo es», aunque gaste colectivamente 200.000 millones de dólares anuales en defensa. Su economía es igual a la de Estados Unidos y sus miembros están unidos en una unión política. Sin embargo, los ejércitos europeos están en un estado precario, a pesar del aumento del gasto en defensa desde 2014.
La UE ha sido un freno para la OTAN y para la defensa europea y ahora no sólo debe asegurar una unión política y económica sino velar por intereses más amplios, es decir, en seguridad. Los responsables de la UE deben abandonar el gasto en ideologías y agendas utópicas para centrarse en adoptar un papel destacado en defensa. Se trata de la defensa en Europa.
Una Europa más fuerte, con fuerzas terrestres, aéreas y navales capaces, sería una gran ayuda: es necesario modificar la dependencia y pasar de que «Estados Unidos sea indispensable para Europa» a «una Europa que sea socio indispensable para Estados Unidos».
Algo se mueve, al menos en el norte y el este. Alemania, presionada por los cortes energéticos de Rusia, se empieza a movilizar. El ejército alemán (Bundeswehr) guarda silencio, pero en círculos especializados se habla de que el refuerzo alemán para la defensa de Lituania está tomando forma.
El Ministerio de Defensa lituano ha anunciado que el cuartel general de la futura Brigada de la OTAN será trasladado a su territorio. El despliegue de la misión de «Presencia Avanzada Mejorada» para proteger a Lituania y disuadir a Rusia se espera para el 8 de septiembre. Un amplio contingente que, en el futuro, contará con entre 3.000 y 5.000 efectivos más.
Ahora Lituania se considera primera línea de defensa
Las unidades alemanas estarán estacionadas permanentemente en Lituania, porque la preocupación de que el Kremlin ataque a los estados bálticos ha crecido ostensiblemente. Ahora Lituania se considera primera línea de defensa.
A este ejército se sumarán tropas de países socios que ya están activos en el grupo de combate de la OTAN que han estado en el país hasta ahora. Además, Alemania mantendrá preparados 300.000 soldados en diversas etapas de activación para desplegarse en un plazo de 30 días en la defensa del territorio de la alianza.
La «Fuerza de Respuesta Rápida» de la OTAN, con un contingente de 40.000 soldados, se considera que estará lista para finales de 2024. Alemania pretende aportar un total de dos brigadas de combate con 15.000 efectivos para la defensa del flanco este de la OTAN, con más 65 aviones de combate y 20 unidades navales, para cuyo despliegue, operación y abastecimiento se tendrán preparados otros mil efectivos.
Ya no se habla de 2027, ni de 2025, se van acortando los plazos.