La declaración jurada revela premeditación por parte de Trump al sustraer documentos de la Casa Blanca
El documento del registro de la casa del expresidente de EE.UU. evidencia un plan premeditado de Trump para sustraer información confidencial de la Casa Blanca, aunque no ofrece ninguna conclusión sobre qué se pretendía hacer con esos documentos
La publicación de la declaración jurada que recopila los detalles de la orden de registro de la residencia de Donald Trump en Mar-a-Lago, Florida, el pasado 8 de agosto, ha arrojado datos que confirman elementos que ya se conocía y que ofrecen luz a nuevos aspectos del caso.
Los agentes del FBI entraron en la residencia después de que la Fiscalía recibiera información de que el expresidente custodiaba en su residencia documentos confidenciales y secretos.
Entre los documentos sustraídos de la Casa Blanca tras finalizar el mandato de Trump, supuestamente habría archivos relacionados con armamento nuclear.
La declaración jurada revela un plan premeditado de Trump y sus colaboradores para sustraer información confidencial de la Casa Blanca, aunque no ofrece ninguna conclusión sobre qué se pretendía hacer con esos documentos.
La relación de los hechos se remonta hasta el mes de enero de 2022, cuando, ante las continuadas solicitudes de devolución de documentos por parte de la Administración Nacional de Archivos y Registros, los abogados de Trump entregaron 15 cajas con documentos oficiales.
En esas cajas había 184 documentos clasificados: 67 marcados como confidencial, 92 marcados como secreto y 25 marcados como alto secreto.
Tras analizar el contenido de las cajas, los funcionarios de los Archivos Nacionales advirtieron que no contenían toda la documentación sustraída de la Casa Blanca, señala The Washington Post.
Además, avisaron de que el contenido de aquellos documentos era especialmente sensible para la seguridad del Estado, y que, de caer en manos equivocadas, podría revelar información confidencial sobre inteligencia militar.
Las sospechas de que Trump se había reservado parte de los documentos clasificados aumentaron a lo largo de los meses de primavera y el comienzo del verano.
Los acontecimientos de precipitaron después de que la Fiscalía recibiera la información de un confidente que confirmaba que en la casa de Mar-a-Lago se ocultaba información sensible sobre armas nucleares.
En la mañana del 8 de agosto, a primera hora, agentes del FBI vestidos de paisano como si fueran jugadores de golf, en un intento de minimizar el impacto mediático de la operación, entraron con una orden de registro en la casa del expresidente y se llevaron 20 cajas, 11 de ellas con documentos clasificados.
Los documentos se localizaron en el dormitorio de Trump, en su oficina y en un trastero.
La declaración jurada también revela que entre los documentos sustraídos se había traspapelado una gran cantidad de artículos de prensa y documentos sin relación alguna con el caso, lo que podría suponer una estrategia de obstrucción de la investigación por parte de Trump.
«Los registros altamente clasificados se desordenaron, se mezclaron con otros registros y se identificaron de manera incorrecta», se denuncia en la declaración.
La declaración también apunta a que parte de los documentos sustraídos de la Casa Blanca fueron destruidos parcial o totalmente. Esa evidencia confirmaría las conclusiones de la investigación periodística de la redactora del New York Times, Maggie Haberman.
Haberman denunció en su libro «Confidence Man» que Trump con frecuencia destrozaba documentos oficiales en ataques de cólera haciéndolos pedazos y tirando los restos por el inodoro del baño del Despacho Oval.
La declaración jurada, sin embargo, sigue sin desvelar importantes incógnitas, como el motivo por el que Trump sustrajo esos documentos y qué pensaba hacer con ellos.
De las 32 páginas de la declaración jurada, 21 están censuradas
Sin embargo, la declaración no se ha publicado completa. Al menos 21 páginas aparecen tachadas para ocultar, precisamente, la identidad de los implicados o detalles de la operación que podrían comprometer la investigación o, incluso, la seguridad nacional.
Además de la identidad de los agentes y de los confidentes, algunas personas muy cercanas a Trump, también se ha censurado en la declaración jurada la publicación del resultado del análisis de las cámaras de seguridad del complejo residencial.