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Jimmy Akeson

Jimmy AkesonJimmy Akeson vía Twitter

Elecciones

Victoria in extremis del bloque de derechas en Suecia

Consigue 176 escaños, uno por encima de la mayoría absoluta

Ningún instituto demoscópico lo había contemplado, pero según avanzaba el recuento, el bloque de derechas iba venciendo en las elecciones suecas con un escaño de diferencia sobre la coalición progresista encabezada por la primera ministra saliente y líder socialdemócrata, Margarita Andersson.

Con el 94 % de los distritos electorales escrutados, el bloque de derechas, integrado por populistas, moderados, democristianos y liberales, obtiene 175 escaños, el número exacto de escaños de la mayoría absoluta.

El desglose sería el siguiente: 73 escaños para los Demócratas de Suecia, 68 para el Partido Moderado, 19 para los democristianos y 16 para los liberales.

El hecho más relevante es, sin lugar a dudas, el espectacular aumento de los Demócratas de Suecia, que dan, por primera vez en la historia de la derecha sueca, el sorpasso al vencer al Partido Moderado. Jimmie Akesson ha ganado a Ulf Kristersson el duelo personal en el seno de la derecha, si bien no tiene garantizado el cargo de primer ministro: dependerá en gran parte de la actitud de los socios minoritarios.

Sea como fuere, el escenario era muy distinto en el inicio de la noche electoral: según el primer sondeo a pie de urna –el del canal TV4– el Partido Socialdemócrata de Andersson obtenía alrededor del 30 % de los votos.

Sumando ese resultado al de izquierdistas, ecologistas y centristas, la coalición obtenía 176 escaños, uno por encima de la mayoría absoluta, pues el Riksdag, el Parlamento monocameral sueco, está integrado por 349 diputados.

Vuelco electoral

Pero al final se ha producido un vuelco electoral. Ajustado, aunque indiscutible. Ajustado, porque la coalición de izquierdas no ha sido severamente derrotada; indiscutible, porque nadie lo cuestiona.

Ahora queda por saber cómo será el futuro político inmediato de Suecia. Desde el punto de vista estrictamente institucional, incumbe ahora al presidente del Riksdag –y no al Rey, como en el resto de las monarquías parlamentarias– impulsar las negociaciones de cara a la formación del nuevo Gobierno.

Ésta será de centroderecha. Queda por saber qué tipo de políticas promoverá. El bloque conservador ha vencido gracias a su hábil explotación de temáticas como la criminalidad –cuyos índices son los más elevados en décadas– y la inmigración.

Sin embargo, hay matices entre los socios a la hora de encarar las soluciones a esos problemas: sin ir más lejos, persisten diferencias entre, por ejemplo, los liberales y los Demócratas de Suecia. Donde sí parece haber consenso es el afán por completar el ingreso del país nórdico en la OTAN.

Y también en preparar la presidencia giratoria de la Unión Europea, que Suecia asumirá a partir del 1 de enero.

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