Los drones kamikaze iraníes se convierten en la única opción de Rusia para frenar a Ucrania

Los drones kamikaze de fabricación iraní adquiridos por las fuerzas armadas rusas han frenado en varios puntos del frente los avances ucranianos.

Los drones Shahed-136, un híbrido entre avión no tripulado y misil de crucero, han mostrado su capacidad para esquivar las defensas aéreas ucranianas y alcanzar sus objetivos.

Ucrania está desesperada por encontrar una solución que permita a su Ejército eliminar la amenaza. En ese sentido se enmarca la adquisición de las baterías antiaéreas NASAMS, cuyas primeras unidades se encuentran ya en territorio ucraniano.

Los drones Shahed-136, que los rusos han rebautizado como Geranium 2 y repintado con la bandera rusa, se han convertido en una pesadilla para Ucrania, aunque las tropas ucranianas han logrado derribar varios de ellos.

A pesar de haber logrado frenar el espectacular avance ucraniano, estos drones iraníes no han conseguido, sin embargo, interrumpir del todo las operaciones militares ucranianas.

De hecho, las tropas de Kiev continúan, a un ritmo menor, su avance en la región de Jarkov y podrían conquistar la estratégica ciudad de Lyman en los próximos días.

Rusia ha golpeado objetivos ucranianos con estos drones en Odesa, Mykolaiv y Dnipropetrovsk, así como contra posiciones en el frente.

Pese a todo, la principal amenaza para Ucrania sigue siendo los ataques con misiles, ya que Rusia carece de un número suficiente de drones Shahed-136 como para usarlos de forma masiva.

En cualquier caso, Rusia parece haber encontrado una alternativa en los drones kamikaze a las operaciones aéreas con aviones de combate en misiones de ataque en territorio ucraniano.