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Soldados ucranianos Jarkov

Soldados ucranianos limpian de explosivos zonas recientemente liberadas de JarkovAFP

222 días de guerra en Ucrania

Rusia ha quedado noqueada tras la humillante derrota en Lyman, señala el ministerio de Defensa británico

Rusia ha perdido en Lyman un nudo de comunicaciones esencial para cualquier hipotético avance en Donetsk. Las líneas rusas no han logrado recomponerse y siguen retrocediendo

La retirada rusa de la ciudad ucraniana de Lyman, el pasado 1 de octubre, ha supuesto un duro revés para las tropas rusas al perder un importante nudo logístico desde donde impulsar cualquier intento de avance por la región de Donetsk.

Con la pérdida de Lyman, y el importante avance en la región de Jarkov y Donetsk, Rusia se aleja un poco más de alcanzar su objetivo de ocupar todo el Donbás, cuyas dos regiones (Lugansk y Donetks) se anexionó ilegalmente el viernes 30 de septiembre junto con las regiones de Zaporiyia y Jersón.

Según los servicios de inteligencia militar del Reino Unido, la conquista ucraniana de Lyman ha privado al Kremlin de «un cruce de carretera clave sobre el río Siversky Donets, detrás del cual Rusia está intentando consolidar sus defensas».

Eso supone que el intento de fijar una nueva línea defensiva entre Jarkov y Lugansk-Donetsk, para bloquear el avance ucraniano de cara al invierno, habría fracasado.

Las tropas rusas todavía no han logrado recomponer sus líneas y continúan retrocediendo y perdiendo terreno.

La caída de Lyman, según señala el parte de inteligencia, se habría debido, fundamentalmente, a que la plaza estaba defendida por «elementos insuficientes de los distritos militares Occidental y Central de Rusia, así como por contingentes de reservistas».

«La fuerza probablemente experimentó muchas bajas mientras se retiraba por la única carretera que salía de la ciudad y que aun estaba en manos rusas», señala el informe.

El informe diario de la inteligencia militar británica que publica el ministerio de Defensa del Reino Unido apunta también a que «la retirada de Rusia de Lyman representa, asimismo, un importante revés político, ya que se encuentra dentro de la región de Donetsk, un territorio que Rusia pretendía ‘liberar’ y que ha tratado de anexionar ilegalmente».

Por otro lado, en el informe de inteligencia se destaca también que la retirada rusa de Lyman «ha dado lugar a una nueva ola de críticas públicas al liderazgo militar de Rusia por parte de altos funcionarios».

Entre los críticos destacan el líder checheno, Ramzan Kadyrov, y el responsable del Grupo Wagner, Evgeniy Prigozhin.

Según señala el Institute for the Study of War, Kadyrov responsabilizó al alto mando militar ruso, y en concreto al comandante del Distrito Militar Central, el coronel general Alexander Lapin, por la humillación rusa en Lyman.

Además, acusó al jefe del Estado Mayor General del Ejército, el general Valery Gerasimov, «de encubrir los fracasos de Lapin en Lyman».

Por su parte, el fundador de Wagner se alineó con Kadyrov al criticar al liderazgo militar ruso.

En ese sentido, se especula en el informe de inteligencia con la posibilidad de que «nuevas pérdidas en territorios ilegalmente ocupados producirán, con certeza, a un aumento de la crítica pública, y aumentará la presión sobre los altos mandos».

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