El coladero español de inmigrantes africanos provoca un caos en Francia
Con el endurecimiento de la política migratoria italiana, las rutas del exilio desde África se desplazaron hacia España y, de allí, al País Vasco francés
La llegada creciente de inmigrantes desde España en los últimos años aumentó la presión sobre los centros de internamiento en el suroeste de Francia, donde policía y oenegés alertan de una situación «explosiva» en el de Hendaya.
El lunes, un incidente violento en este centro próximo a la frontera con España, por donde transitan extranjeros a la espera de su expulsión, condujo a la detención y condena a prisión de cinco personas.
Hiban provistos, dice, de medios «peligrosos»
Marlaksa, sobre la valla de Melilla: el ataque fue «violento» y estuvo organizado por «2.500 inmigrantes»
Un interno que no podía recibir visitas habría iniciado un «motín violento» de una veintena de retenidos, durante el cual se prendió fuego a mantas, explicaron los sindicatos policiales a la antena regional de la televisión France 3.
Aunque no hubo heridos, el sindicato policial Unité SGP Police denuncia una situación «explosiva» desde hace dos años. «La situación se degradó muchísimo desde el covid», asegura Christophe Labarthe, responsable de la zona.
Desde 2018 y el endurecimiento de la política migratoria italiana, las rutas del exilio desde el norte de África se desplazaron en parte hacia España y, de allí, al País Vasco francés.
Aumento de los rechazos en frontera
En 2021, el número de personas no admitidas en esta frontera de Francia aumentó un 120 % en un año (13.164 contra 5.976), según las últimas cifras de las autoridades francesas.
«Se encierra a cada vez más gente en situación irregular y sola, que llega a menudo de lejos», apunta Nina Chaize, una miembro de la asociación de ayuda a migrantes Cimade, que denuncia «una política de ensañamiento».
La Cimade confirma que la tensión es palpable en los centros de internamiento, «sobre todo porque el tiempo de retención medio es más largo que la media nacional»: 27 días contra 22.
Más de la mitad de los internos salen de prisión y pasan a este centro ya que pesa sobre ellos una orden de expulsión del territorio.
«Se libera a la gente por falta de vuelos»
Para Christophe Desprez, abogado especializado en el derecho de los extranjeros en Bayona, además de la ley que «alarga los plazos», el tiempo en detención se debe también a los retrasos consulares.
Una expulsión necesita un salvoconducto expedido por el país de retorno y un avión. «Eso puede alargarse mucho tiempo y, en muchos casos, se libera a la gente al término de dos meses ante la falta de un vuelo», explica.
Algunos países del norte de África, como Argelia o Marruecos -los países más representados entre los extranjeros internados en Francia-, no reabrieron sus fronteras durante meses a causa de la pandemia y el tráfico aéreo se redujo.
En septiembre de 2021, Francia decidió además reducir la concesión de visados a los ciudadanos de estos países ante el «rechazo», en palabras del ministro del Interior Gérald Darmanin, de sus gobiernos a acordar esos salvoconductos.
La canciller francesa, Catherine Colonna, aseguró el miércoles ante el Senado que hay una «mejora de la situación», pero que las conversaciones «positivas» sobre «cooperación migratoria» con estos países continúan.
El último informe de la Cimade asegura que de los 219 migrantes retenidos en 2021 por el centro de Hendaya, sólo «se alejaron» 54, 32 de ellos a países fuera de la Unión Europea (UE).
Los sindicatos piden más personal
Los sindicatos policiales piden más personal. Los actos de desesperación -los internos se mutilaron o intentaron suicidarse-, peleas y un gran incendio registrados el año pasado, acabaron con la paciencia de los funcionarios.
«Se necesitan unas diez personas más. La tasa de ocupación está al máximo, los compañeros están agotados», afirma Christophe Labarthe.
Las 24 plazas reservadas a los hombres están ocupadas. «Cuando una persona se marcha, otra llega» y otras seis están reservadas a mujeres y a las familias, resume el abogado Francisco Sanchez Rodriguez. Pero ni los agentes ni la Cimade hablan de un centro infradimensionado.
«En todos los centros donde la tasa de ocupación es elevada, independientemente de su capacidad, las cosas se ponen tensas», apunta Maud Steuperaert, responsable regional de la asociación.
Aunque España y Francia pertenecen al espacio de libre circulación europeo Schengen, París comunicó la reintroducción de controles fronterizos por la covid-19 (hasta octubre de 2022), así como por amenaza terrorista y flujos migratorios (hasta abril de 2023).