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Más de 100.000 venezolanos atraviesan la selva del Darién entre Colombia y Panamá en su camino hacia EE.UU.

La dictadura de Nicolás Maduro empuja a miles de venezolanos a arriesgar sus vidas en una larga travesía en medio de una peligrosa selva montañosa

Edgardo Pinell
Edgardo Pinell

Actualizada 04:00

Ven solanos cruzando la selva montañosa del Tapón del Darién

Inmigrantes venezolanos suben una montaña del lado colombiano con la intención de llegar a Panamá. La región del Darién es un área selvática y pantanosa ubicada en el límite de América Central (Panamá) y América del Sur (Colombia), que ha funcionado como una barrera natural

Mauricio Dueñas Castañeda / EFE

Venezolanos

Cuando José Juan le dijo a Steven que quería ir a EE.UU. por el Darién, su hijo de 7 años le dijo que eso era peligroso, que era mejor hacerlo en avión, pero aún así forma parte del grupo de inmigrantes que comienza su travesía por esta inhóspita selva que separa a Colombia de Panamá

Mauricio Dueñas Castañeda / EFE

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No existen vías terrestres de transporte que atraviesen la selva y al interrumpir la carretera Panamericana, que conecta la mayor parte de los países del continente americano, se la ha denominado el Tapón del Darién

Mauricio Dueñas Castañeda / EFE

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Familias enteras, incluyendo niños y bebés, exponen sus vidas tratando de huir de la represión y la miseria del régimen chavista de Nicolas Maduro. Con más de 6 millones de personas refugiadas y migrantes, Venezuela se ha convertido en la segunda crisis de desplazamiento externo de mayor magnitud en el mundo

Mauricio Dueñas Castañeda / EFE

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El Tapón del Darién, nombre recibido por National Geographic durante sus expediciones entre los años de 1950 y 1970, es el paso obligado para los inmigrantes ilegales de Suramérica que van rumbo hacia los Estados Unidos

Mauricio Dueñas Castañeda / EFE

Venezolanos en el Tapón del Darién entre Colombia y Panamá

Más de 150.000 personas –el 60 % de ellos venezolanos– han decidido cruzar en lo que va de 2022 por uno de los pasos migratorios más peligrosos del mundo, una travesía que puede durar una semana por una selva montañosa donde el «sueño americano» fácilmente podría morir

Mauricio Dueñas Castañeda / EFE

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