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Jeremy Hunt

Jeremy Hunt dijo que no volverán los niveles de austeridad aplicados en 2010AFP / EP

Reino Unido

El plan fiscal del flamante ministro de Hacienda arrastra por los suelos las promesas de Liz Truss

Los mercados reaccionaron con optimismo a las primeras propuestas de Jeremy Hunt como ministro de Hacienda de Reino Unido

Tras su apurado nombramiento como ministro de Hacienda, después del cese de Kwasi Kwarteng el pasado viernes, Jeremy Hunt inaugura su primera semana en el cargo con un nuevo y desesperado plan fiscal. Según anunció el Tesoro a través de un comunicado, se tratará de un «mini presupuesto» que busca estabilizar la situación económica británica a medio plazo.

En su declaración inicial, y antes de presentarse ante la Cámara de los Comunes para dirigirse a los diputados, Jeremy Hunt adelantó algunas de las medidas del plan fiscal previsto para el 31 de octubre. Es un cambio drástico en la dirección fiscal británica, y una marcha atrás del plan que Liz Truss y Kwasi Kwarteng presentaron en septiembre.

El canciller anunció una revocación de casi todas las medidas fiscales que anunció hace tres semanas el duo Truss y Kwarteng, y que aún no han entrado en la legislación parlamentaria.

Lo que queda

«Continuaremos con la abolición del impuesto de salud y de atención social, y con el cambio del impuesto de timbre, las reformas laborales fuera de la nómina, el nuevo esquema de compras sin IVA para visitantes fuera del Reino Unido, y la congelación de las tasas de impuestos sobre el alcohol», afirmó Hunt en declaraciones televisadas.

También agregó que descartaría sus planes para reducir la tasa básica del impuesto sobre la renta, desde 20 peniques por libra a 19 peniques a partir de abril del próximo año. Según Hunt, de momento «no es adecuado» pedir préstamos para financiar este recorte de impuestos.

Sus declaraciones suponen un cambio radical de la medida anunciada por Kwarteng en septiembre, que supuestamente habría beneficiado a más de 31 millones de personas.

En cuanto a las garantías de congelación de los precios de la energía, Hunt explicó que el Tesoro llevaría a cabo una evaluación para encontrar nuevas maneras de ayudar al pueblo británico a enfrentarse a una subida en los precios de sus facturas energéticas.

La confianza de los mercados

La primera ministra Liz Truss asumió el cargo en septiembre, tras una atropellada campaña electoral cargada de promesas de reducciones de impuestos. Auguraba una nueva era de prosperidad económica para las empresas, y un alivio para las familias que sufren con el alto coste de vida británico. Pero sus medidas no dieron el resultado esperado, y en su lugar hundieron la libra y provocaron una crisis.

Para evitar el alud de críticas, Truss sacrificó al que hasta ahora era su mano derecha, Kwasi Kwarteng, y dio marcha atrás al anunciar que su Gobierno renunciaría a una de sus principales promesas. En su lugar, permitirá que los impuestos corporativos incrementen desde 19% hasta 25% en abril de 2023.

El índice bursátil FTSE 100, que rastrea las 100 empresas más grandes que cotizan en la Bolsa de Valores de Londres, subió un 0.59% tras el hundimiento histórico de la semana pasada

La maniobra ya da frutos. El mercado británico abrió de forma optimista, y el índice bursátil FTSE 100, que rastrea las 100 empresas más grandes que cotizan en la Bolsa de Valores de Londres, subió un 0.59% tras el hundimiento histórico de la semana pasada. Además, la banca ya ha rebajado el coste de los préstamos para el Gobierno británico, en señal de confianza hacia los planes de Jeremy Hunt.

«El mercado subía mientas Hunt hablaba. Vemos cierto alivio, pero nada radical. En el mercado europeo, las marcas británicas siguen teniendo un rendimiento inferior, por miedo a un aumento en las hipotecas y la inflación», compartió con El Debate una analista de Goldman Sachs.

La reacción de la oposición fue más escéptica que la de los mercados. Pat McFadden, secretario del Tesoro Laborista en la sombra, se sumó a los críticos que piden la dimisión de Liz Truss, y describió la estrategia de Hunt como «una señal de pánico».

«Creo que es una prueba más de que en el Gobierno ha cundido el pánico […]. Está claro que a los ministros les aterra la reacción de los mercados. Por eso no han podido esperar hasta el 31 de octubre para anunciar su declaración fiscal», afirmó McFadden, en declaraciones televisadas por el canal Today.

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