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El Gobierno de Emmanuel Macron está siendo criticado por la laxitud en materia de deportaciones de inmigrantes ilegalesMohammed Badra /AFP

Francia

Duras críticas contra Macron por no deportar a la mujer argelina que habría asesinado a una niña

La mujer que fue acusada de asesinato y violación agravada estaba obligada a salir de Francia de manera voluntaria, pero no cumplió el mandato del Gobierno

El despiadado asesinato de una niña de 12 años el viernes en París, pero sobre todo el estatus migratoria de la principal sospechosa generó un crudo debate político en Francia y duras críticas contra Emmanuel Macron.

Lola Daviet murió el viernes supuestamente a manos de una mujer de 24 años, de origen argelino y en situación irregular en Francia, quien habría violado y torturado a la estudiante a pocos días de vencerse una orden de abandonar el país.

La muerte de Daviet ha conmocionado a toda Francia y la oposición a Macron ha cargado contra lo que llaman un «laxismo migratorio».

El presidente francés, recibió este martes en el Elíseo a los padres de la niña para expresarles «su pésame (...), su solidaridad y su apoyo en el sufrimiento que están pasando», indicó su oficina.

Sin embargo, horas después, el caso sacudió la sesión de control al Gobierno en la Asamblea Nacional, donde los partidos de derecha vincularon la tragedia con la inmigración ilegal.

Dahbia B., en prisión preventiva fue acusada de «asesinato» y «violación agravada» y llegó con un visado de estudiante a Francia en 2016. En agosto de este año, se le comunicó una orden para abandonar voluntariamente el territorio en 30 días, plazo que habría vencida tan sólo unos días previos al crimen.

Los servicios policiales conocían a la joven, que aparentemente presenta problemas psicológicos y una caótica historia de vida marcada por la marginalización y un episodio de violencia doméstica en 2018.

Le Pen denuncia «laxismo migratorio»

«La sospechosa de este acto bárbaro no debería haber estado en nuestro territorio desde hace más de tres años», aseguró Marine Le Pen, líder del primer partido de la oposición, denunciando un «laxismo migratorio».

La primera ministra, Élisabeth Borne, le pidió a Le Pen un «poco de decencia», que respetara «el dolor de la familia» que dejara «a la policía y la justicia hacer su trabajo» para «castigar este crimen como se merece».

En respuesta a un diputado de Los Republicanos (derecha), su ministro de Justicia, Éric Dupond-Moretti fue más duro, acusándolo de instrumentalizar políticamente «el féretro de una niña».

Desde que se conoció el origen de la sospechosa, las redes sociales se llenaron de mensajes criticando la política migratoria del Gobierno de Macron, acompañados por una imagen de la víctima.

«Los asesinos y asesinas no pueden reducirse a un color de piel, una religión o una nacionalidad, a menos que se caiga en las horas más oscuras de la humanidad», tuiteó la diputada ecologista, Sandrine Rousseau.

«Tenemos que hacerlo mejor»

A pesar de la defensa férrea en la Asamblea, el Gobierno de Macron ha reconocido que debe «hacerlo mejor» en las deportaciones de inmigrantes ilegales.

«Estamos trabajando duro para garantizar que las expulsiones» sean «seguidas por efectos», pero «obviamente tenemos que hacerlo mejor», dijo el portavoz del gobierno Olivier Véran después del consejo de ministros.

Verán agregó: «Hemos multiplicado por casi veinte el número de OQTF (obligación de abandonar el territorio francés) destinados a Argelia en comparación con el año pasado, que fue un año bastante excepcional, dada la situación en Covid» al tiempo que apostilló que estos niveles aún no son «satisfactorios».