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Ibrahim Raisí durante el acto de conmemoración del asalto iraní a la embajada estadounidense

Ibrahim Raisí durante el acto de conmemoración del aniversario del asalto iraní a la embajada estadounidense en 1979EFE

Irán encubre las revueltas internas con la conmemoración del asalto a la embajada de EE. UU.

El presidente iraní aprovechó la ocasión para recordar a Estados Unidos que Irán fue «liberado» hace 43 años con el asalto a la embajada de EE.UU. en Teherán , un acto que cimentó las malas relaciones entre los dos países

Irán conmemoró este viernes el 43 aniversario de la toma de la embajada de Estados Unidos en Teherán en 1979, en medio de las protestas que se repiten desde hace mes y medio contra el régimen de los ayatolás.

«Irán fue liberado hace 43 años» afirmó Raisí en el 43 aniversario del asalto a la embajada de EE.UU. en Teherán en 1979, un acto que cimentó las malas relaciones entre los dos países.

El mandatario iraní respondía así al presidente estadounidense, Joe Biden, quien unas horas antes había afirmado que liberaría Irán.

Ante eso, Raisí espetó que esa afirmación de Biden se debió a las «distracciones» que sufre el presidente estadounidense, en referencia a los frecuentes lapsus que sufre el inquilino de la Casa Blanca en público.

Muerte a Estados Unidos

Miles de personas escuchaban a Raisí frente la antigua embajada estadounidense en Teherán, rebautizada como el «Nido de Espías», donde gritaban los habituales «Muerte a Estados Unidos» y «Muerte a Israel».

Muchos portaban carteles con la imagen del líder supremo de Irán, Ali Jameneí, o del fundador de la República Islámica ayatolá Ruholá Jomeiní, y casi todos banderas iraníes que ondeaban sin parar.

Raisí participaba por primera vez en el aniversario del asalto de la embajada de EE. UU. el 4 de noviembre de 1979 por estudiantes islámicos y aprovechó la ocasión para afirmar de nuevo que los «disturbios son una estrategia del enemigo».

Los estudiantes secuestraron a 52 funcionarios estadounidenses durante 444 días para exigir la extradición del shá Mohamad Reza Pahleví, derrocado por la revolución que encabezó el ayatolá Jomeini y dio lugar a la República Islámica.

«Los medios occidentales sois parte de la conspiración en las protestas», afirmó contundentemente una manifestante, convencida de que las movilizaciones de las últimas semanas son obra de Estados Unidos, Israel y Arabia Saudí, además de algunos países europeos.

Irán vive protestas desde la muerte el 16 de septiembre de Mahsa Amini tras ser detenida tres días antes por la Policía de la moral por llevar mal puesto el velo islámico, unas movilizaciones en las que se pide el fin de la República Islámica.

Las protestas están protagonizadas sobre todo por jóvenes y mujeres al grito de «¡Mujer, vida, libertad!» que lanzan consignas contra el gobierno y queman velos, uno de los símbolos de la República Islámica y algo impensable hasta hace poco tiempo.

Las autoridades iraníes han acusado a Estados Unidos de fomentar las protestas con el apoyo de Israel y Arabia Saudí.

Incluso han llegado al extremo de acusar de trabajar para la CIA a las dos periodistas iraníes que desvelaron el caso de Amini, Nilufar Hamedi, que acudió al hospital donde estaba ingresada Amini, y Elahe Mohammadi, que cubrió su entierro.

Protestas

Las protestas han ido evolucionando desde su inicio, muy centradas en las universidades, pero en las últimas jornadas las ceremonias de luto se han convertido en uno de los motores de las movilizaciones.

Las ceremonias de duelo -«chehelom»- celebradas a los 40 días de la muerte de una persona están reuniendo a manifestantes para conmemorar a los fallecidos en la represión policial, que las autoridades tratan de impedir a la fuerza.

Así ocurrió ayer en la ciudad de Karaj, donde cientos de personas trataron de llegar al cementerio donde descansa la joven de 22 años Hadis Najafi, muerta 40 días antes en las movilizaciones.

Las autoridades impidieron que llegasen al cementerio y la conmemoración del luto por la joven se transformó en nuevos enfrentamientos de manifestantes con las fuerzas de seguridad, que dejaron al menos un muerto.

Al menos 108 personas han muerto en las protestas, según la ONG con sede en Oslo, Iran Human Rights, con lo que en las próximas semanas se celebrarán numerosas ceremonias de los 40 días, lo que potencialmente puede provocar nuevas protestas y nuevas conmemoraciones.

El Poder Judicial de Irán anunció que 1.000 personas serán juzgadas en Teherán por su participación en las protestas, algunas de las cuales se enfrentan a la posibilidad de la pena de muerte.

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