Entrevista | Daniel Ureña, presidente de The Hispanic Council
«Con Ron DeSantis se ha roto el tabú de que nadie puede hacer sombra a Trump»
«Esta cita electoral ha sido atípica en comparación con elecciones de medio mandato previas», explica Daniel Ureña, uno de los españoles que mejor conoce los entresijos de la política norteamericana. «Tradicionalmente, el partido en la Casa Blanca siempre sufría un importante desgaste en este tipo elecciones, pero esta ha sido una excepción. Los demócratas han conseguido un buen resultado teniendo en cuenta las expectativas que había».
–Unas expectativas generadas en gran parte por una inflación galopante.
–Era el tema que, a priori, más preocupaba al electorado. No ha tenido el efecto movilizador que las encuestas anticipaban. En este sentido, desde el final del verano, los pronósticos apuntaban a que los republicanos lograrían una holgada mayoría como consecuencia de la situación económica del país.
–¿Hay otras lecciones que se puedan extraer de los comicios?
–Otra es que el panorama político de Estados Unidos está verdaderamente enmarcado en dos bloques enfrentados. Además, hemos vuelto a comprobar que el nivel de los candidatos marca la diferencia. Este tipo de elecciones giran en torno a la figura del candidato: su historia, su mensaje, su carisma, su determinación y, cómo no, su campaña. Una vez más hemos comprobado la importancia de una buena o mala campaña a la hora de persuadir al votante.
–¿Cuáles serían las razones de la recuperación del Partido Demócrata?
–El Partido Demócrata ha tenido dos elementos a su favor. Por un lado, han esquivado el impacto que podría haberles causado tanto la escasa popularidad de Joe Biden, que cifran en torno al 40 %, como la elevada inflación. Y por otro, el debate en torno al aborto, tan presente en EE.UU., ha sido utilizado hábilmente por algunos candidatos demócratas a la hora de movilizar a sus votantes.
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Como decíamos antes, en un contexto de polarización la clave es conseguir movilizar a tus fieles y, muchas veces, esa movilización se produce «contra algo»: otro candidato, un tema polémico, etc.
–¿Hasta qué punto ha influido el expresidente Donald Trump en el retroceso republicano?
–Es difícil cuantificarlo, pero está claro que Trump esperaba conseguir un resultado mucho mejor para los republicanos. El expresidente ha estado muy implicado en los últimos meses protagonizando más de 20 actos públicos por todo el país. Además, ha apoyado a cientos de candidatos en diferentes niveles. Algunas de sus principales apuestas no han salido muy bien parados en las urnas, como el caso de Mehmet Oz y Doug en Pensilvania; Dan Cox en Maryland; J.R. Majweski en Ohio, etc.
–¿Conclusión para los republicanos?
–Yo diría que la principal conclusión es que se ha roto el tabú de que nadie puede hacer sombra a Trump. El Gobernador de Florida, Ron de Santis, comienza a hacerlo.
–¿Se puede decir que Ron De Santis es ya el líder de facto del Partido Republicano? ¿O pueden ocurrir cosas de aquí al inicio de las primarias?
–Ron DeSantis ha sido reelegido como gobernador de Florida con una aplastante victoria. Junto al senador Marco Rubio, han pintado de rojo el estado incluso en zonas tradicionalmente demócratas y conquistando a una parte importante de los votantes hispanos. La situación ahora mismo es la de Ron DeSantis en auge y Trump debilitado tras las elecciones.
–¿Surge una inevitable rivalidad?
– Y es de esperar que esa rivalidad se incremente en los próximos meses. Pero en política todo puede cambiar muy rápido. Para mí, lo más interesante es que se haya abierto un debate dentro del Partido Republicano para decidir quién será el mejor líder de cara a las presidenciales de 2024. En este contexto, Ron DeSantis sería un candidato con muchas opciones de ganar la Casa Blanca.
–¿Tiene alguna posibilidad Joe Biden de presentarse a la reelección como sugiere y dijo antes de las elecciones?
–En los próximos días Joe Biden cumplirá 80 años y su estado físico no parece el mejor. En 2024 tendrá 82 años y es de esperar que su condición física se resienta. No obstante, creo que todavía tardaremos unos meses en conocer su decisión, pero creo que su edad será un factor muy negativo para una posible candidatura a la reelección.
–Una situación que lleva irremediablemente a pensar en la sucesión. ¿Tienen repuesto los demócratas?
–Algo que me gusta especialmente de la política de Estados Unidos es la cantidad de candidatos que suele optar a la presidencia. En las últimas primarias abiertas de los demócratas y de los republicanos había más de 20 aspirantes al inicio de la carrera. Por ahora suenan algunos nombres en el lado demócrata, pero todavía es pronto.
–¿Podría ser la vicepresidenta Kamala Harris?
–La vicepresidenta Kamala Harris no está aprovechando su privilegiada posición en la Casa Blanca, pero es una posible candidata. No obstante, creo que debemos prestar especial atención a Pete Buttigieg, un personaje muy interesante.
Con solo 40 años y graduado en Harvard, Buttigieg es el actual Secretario de Transportes en el Gobierno de Biden; fue alcalde de South Bend (Indiana) durante ocho años y cuenta con una importante experiencia tanto en el sector privado como en el ejército, que le llevó a estar desplegado en Afganistán en 2014. En 2015 reconoció públicamente su condición de gay y desde hace cuatro años está casado y tiene dos hijos. Se presentó sin éxito a las primarias demócratas en 2020, pero podría ser un candidato muy sólido.
–El concurso de nombres no ha hecho más que empezar.
–En los próximos meses las quinielas, sin duda, se irán ampliando.
–¿Podría Joe Biden modificar a partir de ahora su política en Ucrania?
–Todo va a depender de cómo queden los últimos escrutinios tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, pero creo que no debemos esperar grandes cambios a corto plazo en la política de la Casa Blanca sobre este asunto.
–¿Qué se puede decir respecto del voto hispano en estos comicios?
–Estas elecciones son una buena oportunidad para examinar si se consolida o no el trasvase del voto hispano al Partido Republicano. Los datos que se conocen no permiten extraer conclusiones muy rotundas todavía. Pero en los próximos días se conocerán más detalles sobre las preferencias del votante hispano.
Por lo pronto, los republicanos pueden estar muy satisfechos en Florida, el tercer estado con mayor número de votantes hispanos. Allí, tanto el gobernador Ron DeSantis como el senador Marco Rubio ha conseguido cifras de apoyo entre los hispanos muy altas.
–¿Es extrapolable la situación de Florida al resto de Estados Unidos?
–No. Algunos líderes hispanos del Partido Republicano no han ganado sus carreras particulares en estados en los que el voto hispano es muy relevante. Es el caso de Mayra Flores y Cassy García en Texas, o el de Yesli Vega en Virginia. Estas candidatas dependían de una movilización y un trasvase del voto hispano que no ha sido suficiente.
–¿Y Pensilvania?
–Pensilvania refleja que el trasvase del voto hispano a los republicanos todavía no es un fenómeno sólido. Allí, los demócratas en las carreras estatales parecen haber ganado el voto hispano por el mismo margen que Biden en 2020, alrededor de 70-30.
–Es decir, que el voto hispano no es un bloque monolítico.
–Es lo que vuelven a confirmar estas elecciones, algo en lo que desde The Hispanic Council venimos insistiendo los últimos años. A mayor diversidad dentro del voto hispano, mayor el interés por comprenderlo. Lo que está claro es que los hispanos cada vez más van a ser determinantes para definir el futuro político de Estados Unidos.