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Vladimir Putin en Club de Discusión Valday

Vladimir Putin, en Club de Discusión Valday

264 días de guerra en Ucrania

La última palabra de Putin: retirar la ciudadanía a los rusos que critiquen al Ejército y a las ONG

El presidente de la Federación Rusa pretende también eliminar las organizaciones «indeseables» con un proyecto de reforma presentado en la Duma por el Servicio Federal de Seguridad, el ex KGB

Vladimir Putin no deja de sorprender (para mal). Derrota tras derrota en Ucrania, su política de reclutar, prácticamente a punta de bayoneta, a los ciudadanos para mandarlos al frente ha forzado una estampida del país (se calcula que más de 300.000).

A esto hay que añadir que los ataques sistemáticos a objetivos civiles le han convertido en diana de acusaciones internacionales de genocida, que el aislamiento de Rusia es mérito suyo y que en el Kremlin, el hombre que se creía blindado, es objeto de críticas entre los suyos.

Putin parece que no es capaz de enfilar el buen camino para lograr sus propósitos, pero sus malas artes para imponer la censura, privar de libertad a aquellos que le llevan la contraria o provocar la muerte de opositores o adversarios parecen no tener fin.

El ex agente de la extinta KGB insiste en referirse a la guerra, término prohibido en Rusia, como Operación Militar Especial. La persecución y cierre de los medios de comunicación que no son progubernamentales parece una decisión vieja en comparación con lo que pretende hacer.

Putin intenta dar un paso más en su política de suspensión de derechos y libertades de los ciudadanos bajo un presunto disfraz democrático

Putin intenta dar un paso más en su política de suspensión de derechos y libertades de los ciudadanos y, bajo un presunto disfraz democrático, presentó en la Duma, equivalente al Congreso, un proyecto de ley para enmendar la Ley de Ciudadanía.

La reforma la presentó, nada y más y nada menos que el Servicio Federal de Seguridad (FSB), denominación moderna de que lo que fue el KGB. El presidente de la Comisión de Seguridad de la Duma, Vasili Piskarev ofreció a los medios locales más detalles de la propuesta: «La enmienda del presidente relativa a las ONG y a los otros casos mencionados es muy significativa y absolutamente justa», declaró satisfecho.

De acuerdo a su razonamiento, «si la gente que ha hecho una promesa de fidelidad a Rusia para convertirse en ciudadano, promete cumplir nuestras normas y las incumplen, resulta evidente que rescinde voluntariamente el contrato con el Estado que le da protección y los derechos de un ciudadano ruso. Por lo tanto, le da al Estado el derecho a revocar la decisión de concederle la ciudadanía».

Las ampollas que levanta las ONG en la sensibilidad rusa quedaron de manifiesto en las palabras de Piskarev

Las ampollas que levanta las ONG en la sensibilidad rusa quedaron de manifiesto en las palabras de Piskarev que destacó que aún no habían identificado al número exacto de ONG que están «activamente implicadas en actividades anti rusas como la incitación al odio interétnico o interreligioso, injerencia en las elecciones, implicación en el uso de drogas o comportamientos destructivos de adolescentes, propaganda LGTB y participación en campañas de financiación para financiar al adversario».

67 ONG

De momento aseguró, «a día de hoy se ha reconocido como 'indeseables' las actividades de 67 organizaciones extranjeras con presencia en el territorio ruso», indicó Piskarev

Según datos oficiales, informan Efe y Ep, 735.385 extranjeros obtuvieron la ciudadanía rusa. Aunque el derecho internacional impide despojar de la nacionalidad a un ciudadano, Putin y sus agentes de inteligencia consideran que ese es un detalle menor y avanza con su propuesta.

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