Fundado en 1910

Rishi Sunak, actual primer ministro británico, tras su toma de poder en octubreEFE

Reino Unido

Los parlamentarios de Westminster podrán cobrarle los gastos de sus 'parties' navideñas al Estado

La comisión parlamentaria ha autorizado a los diputados a pasar como «gastos oficiales» los costes de la comida, bebidas y decoraciones navideñas

Aunque Reino Unido está sumido en una recesión y la inflación bate récords, en Westminster se avecina un periodo navideño animado. De ahora en adelante, los diputados británicos podrán celebrar sus fiestas más tranquilos, ya que una actualización en el reglamento parlamentario les permitirá pasar como «gastos oficiales» los costes asociados a sus festejos de Navidad.

La Autoridad Independiente de Normativa Parlamentaria (IPSA), comisión que supervisa los gastos de la Cámara de los Comunes, ha autorizado a los diputados a sacar de los fondos públicos todos los gastos de comida, bebidas no alcohólicas, e incluso decoración de sus fiestas. De esta manera, será el pueblo británico quien, a través de los impuestos, pague por las celebraciones navideñas celebradas en Westminster.

Según la comisión IPSA, esta decisión está justificada, ya que los parlamentarios trabajan en un entorno «complicado» y deberían poder «recompensar a su plantilla» con una fiesta «modesta». Sin embargo, también se les aconsejó que tuvieran en cuenta el alto coste de la vida en Reino Unido, la crisis económica, y la inflación. Por eso, IPSA les pidió que sus gastos «velasen por la relación calidad-precio».

«Se publicarán desgloses de todos los gastos, y se utilizarán presupuestos ya aprobados. No se incluirá el alcohol», señaló el comunicado de la comisión parlamentaria. Lo que si se incluirá serán las decoraciones navideñas, guirnaldas, y adornos «en los despachos de los diputados».

La resaca del Partygate

Una vez más, las fiestas de Navidad perjudican al Partido Conservador. La decisión de la IPSA llega en mal momento, ya que la situación económica británica augura unas navidades austeras para la mayoría de la población.

Hace apenas una semana, el ministro de Economía, Jeremy Hunt, desveló un duro plan fiscal que incluyó una subida de impuestos. Bajo su liderazgo, los habitantes de Reino Unido se enfrentarán a sus impuestos más altos en los últimos 70 años.

Por otra parte, la memoria del país no ha olvidado el escándalo del 'Partygate'. Durante el confinamiento por coronavirus de 2020, el entonces primer ministro Boris Johnson, sus aliados, y sus empleados, violaron la normativa sanitaria para celebrar una serie de fiestas de Navidad en el Número 10 de Downing Street.

Johnson recibió una multa y se enfrentó a las críticas del pueblo, que lo acusó de estar emborrachándose mientras ellos enterraban a sus familiares y enfermos. Aquel fue el principio del fin del antiguo premier, cuya reputación nunca se recuperó, y tuvo que dimitir.

Rishi Sunak, actual líder de Reino Unido, no tardó en aclarar que él no aprovecharía la autorización. A través del portavoz del Número 10 de Downing Street, advirtió a todos los miembros del parlamento que Westminster evaluaría con lupa cada uno de los costes navideños que pretendan pasar como gastos oficiales.

Críticas desde los Comunes

En esta ocasión, las críticas contra la decisión de la comisión IPSA vienen también de dentro del Partido Conservador. En declaraciones al programa TalkTV, el tory senior (y antiguo ministro del Brexit) David Davis afirmó que la autoridad parlamentaria «no se había percatado del ambiente actual» del país, y tachó de «loco» el nuevo permiso.

«Hay muchas otras cosas en las que tenemos que gastar el dinero público. Oficinas, servicios, etc. Dar prioridad a las fiestas de Navidad, sobre todo en un año como este, me parece una elección extraña», lamentó el Conservador en directo.

Por su parte, la laborista Jess Philips afirmó que ninguno de sus conocidos pidió esta autorización, y ninguno la va a utilizar. Según ella, fue «irresponsable» por parte de IPSA publicar esta decisión «como si los diputados lo hubieran estado pidiendo».

«Celebraré una fiesta de Navidad para mis empleados, pero será en mi casa, donde cocinaré y pagaré por toda la comida y las bebidas», escribió la diputada en su cuenta de Twitter, y James Cleverly, ministro de asuntos Exteriores, compartió la publicación.

Sin embargo, y a pesar de las promesas de varios diputados de que no cobrarán sus gastos navideños al Estado, lo cierto es que la gran mayoría ha guardado silencio frente a la decisión de la Autoridad Independiente de Normativa Parlamentaria.

A través de su cuenta de Twitter, Femi Oluwole, redactor del periódico The Independent, dejó clara su posición: «Estas fiestas navideñas de Downing Street tienen que ser la bomba, si les vale la pena seguir derribando su Gobierno por ellas», escribió el periodista.