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Pedro Castillo, presidente de Perú

Pedro Castillo, presidente de PerúEuropa Press

Crisis en Perú

Entretelones del último golpe en Perú: de Antauro Humala a Pedro Castillo

El doble golpista, Antauro Humala, «le había prometido a Castillo apoyo popular de los reservistas en las calles a favor del cierre del Congreso»

Luego de aplicar la «doctrina Fujimori», Pedro Castillo, fue destituido por el Congreso en un rauda votación, convocada de urgencia, tras el intento de golpe de Estado perpetrado por el hasta ayer presidente, que fue reemplazado por la vicepresidenta, Dina Boluarte.

Castillo fue detenido instantes después de su fracasada asonada cuando intentaba abandonar las instalaciones del Palacio de Pizarro, junto a su familia y al primer ministro César Torres, mientras militantes de la oposición bloqueaban los ingresos de las embajadas de México y Bolivia, ya que había trascendido que en sus últimos minutos en el cargo el destituido mandatario había realizado consultas para poder exiliarse en cualquiera de esos dos países.

Dimisiones en cascada

De inmediato la mayoría de los ministros fueron presentando la renuncia en una clara señal de respeto constitucional y la vicepresidenta Boluarte, se apuró a rechazar el autogolpe al calificar el intento como «el quiebre del orden constitucional» que agrava la ya de por sí complicada crisis institucional que atraviesa el país desde hace meses.

Esa crisis, que se vino cocinando a fuego lento –prácticamente desde la asunción de Castillo el pasado 28 de julio de 2021– había cobrado un vértigo por demás inusitado, el pasado sábado tras la renuncia del ministro de Defensa, Daniel Barragán, quien el lunes inmediato había sido reemplazado por Gustavo Bobbio.

En el recambio ministerial de Barragán aparece una de las patas argumentales que llevaron a Castillo a extraer del desván de la historia el autogolpe del 5 de abril de 1992, con el que el expresidente Alberto Fujimori pasara a la historia

En ese recambio ministerial aparece una de las patas argumentales que llevaron a Castillo a extraer del desván de la historia el autogolpe del 5 de abril de 1992, con el que el expresidente Alberto Fujimori pasara a la historia.

Las otras dos patas que completan el trípode de razones que llevaron al ahora expresidente a «inmolarse» políticamente, pasaron por los ex colaboradores de su gobierno que venían aportando datos del «gigantesco y desprolijo esquema de corrupción que se había montado a su alrededor», según confirmaron fuentes inobjetables.

La duda de la moción de censura

Esas mismas fuentes señalaron que Castillo venía de haber recibido información de varios de sus colaboradores de que «La oposición ya tenía los votos necesarios para aprobar la vacancia en su contra».

Y fue el ex ministro Barragán el que, con su renuncia, encendió la mecha del desenlace de la Presidencia de Castillo.

El ex presidente, en los últimos meses, tenía como consejero una suerte de asesor sin cartera, al ex militar Antauro Humala, hermano del también expresidente Ollanta Humala (2011-2016)

El expresidente, en los últimos meses, tenía como consejero, una suerte de asesor sin cartera: al ex militar Antauro Humala, hermano del también expresidente Ollanta Humala (2011-2016).

La «vista gorda» de las FF AA

El propio Castillo le había pedido a Barragán que consultara con las autoridades del Ejército, si «ellos harían la vista gorda si varios miles de reservistas toman el Congreso el próximo 15 de diciembre …».

La respuesta del Estado Mayor fue la misma que ayer hizo pública la fuerza al igual que la Policía Nacional: «Respeto absoluto a la Constitución».

Barragán había regresado con la respuesta militar para el presidente y con su renuncia indeclinable al cargo. Su reemplazante fue Gustavo Bobbio, un hombre cercano a Humala (quien ya ha participado en varios intentos de golpes de Estado tanto contra Fujimori como contra Alejandro Toledo en el 2005), y uno de los pocos que no presentó la renuncia como la mayoría de los ministros «en respeto a la democracia», tras el fallido autogolpe.

Humala «le había prometido apoyo popular de los reservistas en las calles a favor del cierre del Congreso»

Según las fuentes consultadas, que hasta no hace mucho participaron del entorno del destituido mandatario, Humala «le había prometido apoyo popular de los reservistas en las calles a favor del cierre del Congreso», algo que por lo visto ayer tarde en las calles no había pasado de medio millar de personas

Esto se lo puede calificar como un acto de fujimorismo explícito pero sin ningún tipo de apoyos ni de las Fuerzas Armadas ni de los mediosCarlos BasombrioAnalista y experto en seguridad

«Esto se lo puede calificar como un acto de fujimorismo explícito pero sin ningún tipo de apoyos ni de las Fuerzas Armadas ni de los medios, que fueron los dos pilares con los que Fujimori contó en su momento», explicó ante la consulta de este periodista, el analista y experto en seguridad, Carlos Basombrio.

«Castillo estaba al frente de un esquema de corrupción e ineptitud nunca visto antes», afirmó Basombrio para quien «el presidente no tenía otra salida que fugar hacia adelante».

Un gobierno que se vislumbraba, prácticamente en un fracaso estrepitoso, terminó de la peor manera. Este ex docente y ex dirigente sindical, se transformó en el transcurso de unas pocas horas, de un presidente constitucional a la última versión peruana de un dictador.

Misma cárcel que Fujimori

Asimismo, El destituido presidente peruano Pedro Castillo fue conducido este miércoles al penal de Barbadillo, en el distrito limeño de Ate, en el que el también está recluido el expresidente Alberto Fuijimori, quien cumple su condena de 25 años de cárcel, mientras es procesado por rebelión y conspiración.

Castillo fue trasladado en helicóptero a la base de la Dirección de Operaciones Especiales de la policía, en el distrito de Ate, donde quedaría recluido por un máximo de 15 días bajo investigación fiscal.

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