EE.UU. confía en disuadir a China y Rusia con el nuevo bombardeo furtivo B-21 Raider
La presentación del nuevo prototipo marcó la primera vez que la Fuerza Aérea lanza un nuevo bombardero en más de tres décadas
«Damas y caballeros, esto es disuasión al estilo estadounidense», afirmó Lloyd Austin el secretario de Defensa de los Estados Unidos al momento de presentar el prototipo del nuevo avión furtivo B-21 Raider.
La presentación del nuevo prototipo marcó la primera vez que la Fuerza Aérea lanza un nuevo bombardero en más de tres décadas, desde el debut del B-2 Spirit en el mismo sitio en noviembre de 1988.
«La audacia de los Doolittle Raiders ha inspirado a generaciones de aviadores estadounidenses», dijo Austin en la ceremonia de presentación, mientras el imponente avión se cernía detrás de él. «Es apropiado que el próximo capítulo del poderío aéreo estadounidense se nombre en su honor» agregó el secretario de Defensa.
El tan esperado debut del B-21 marca un hito en la remodelación de la envejecida flota de bombarderos de la Fuerza Aérea estadounidense y llega en un momento en que Rusia intenta someter a Ucrania, las amenazas de China sobre Taiwán genera preocupación. Por esa razón, el ejército de EE.UU. quería una exhibición muy pública que sirviera de advertencia para sus adversarios.
Si iniciara una guerra con China, los avances militares del régimen de Pekín, particularmente las defensas antiaéreas, requerirán que la Fuerza Aérea de EE.UU. tenga aviones que puedan deslizarse sin ser detectados en territorio enemigo.
De acuerdo con el portal especializado Military Times, la Fuerza Aérea estadounidense espera que las capacidades avanzadas de sigilo del nuevo B-21 le permitan llevar a cabo misiones de ataque muy penetrantes.
Los estrategas de la Fuerza Aérea estadounidenses visualizan al B-21 como la «columna vertebral» de su futura fuerza de bombarderos y un elemento clave del arsenal militar de los EE.UU. para quizás el próximo medio siglo.
Cuando el bombardero comience a llegar a bases de la Fuerza Aérea como la Base de la Fuerza Aérea Ellsworth en Dakota del Sur a finales de esta década, llegará con la capacidad de transportar armas nucleares y convencionales, incluidas municiones de ataque directo y de enfrentamiento con un costo estimado por unidad de 692 millones de dólares y un coste total del programa durante las próximas tres décadas de 203 mil millones de dólares.
Los B-21 también serán ubicados en la Base de la Fuerza Aérea Whiteman en Missouri y en la de Dyess en Texas
El B-21 Raider será una de las dos mayores adquisiciones de aviones en la historia militar de los EE.UU., solo rivalizado por el F-35, dijo a Defense News Todd Harrison, experto en presupuesto de Defensa y director general de Metrea Strategic Insights.
A pesar del necesario secretismo, en su discurso, Austin promocionó las capacidades del bombardero, que dijo que permitirán a los EE.UU. disuadir a los enemigos y atacar objetivos incluso en espacios aéreos muy disputados.
El secretario de Defensa agregó que su arquitectura de sistema abierto lo hará altamente adaptable y «capaz de defender nuestro país con nuevas armas que aún no se han creado».
«El B-21 se ve imponente», continuó Austin. «Pero lo que hay debajo del marco y los revestimientos de la era espacial es aún más impresionante» concluyó.
Otros esfuerzos importantes por actualizar las capacidades ofensivas de EE.UU. incluyen los programas de construcción naval de la Marina, como los submarinos de clase Columbia y Virginia y el misil nuclear de próxima generación denominado Sentinel, anteriormente conocido como «Disuasión estratégica basada en tierra».