Chile
Derecha e izquierda acuerdan en Chile otro proceso constituyente
La fórmula elegida impedirá que se cometan disparates como una virtual refundación del país, una quincena de sistemas judiciales paralelos y hasta modificar el nombre de Chile
Boric, la Araucanía y «El buen Vivir»
Apenas han transcurrido tres meses desde que la ciudadanía diera carpetazo al proyecto de refundación de Chile o, dicho formalmente, a una nueva Constitución.
Este tiempo parecen haberlo aprovechado el gobierno y la totalidad de los partidos del arco parlamentario para alcanzar un acuerdo: la creación de un Consejo Constitucional con la misión de elaborar una nueva Carta Magna que impida los disparates que se habían colado en el anterior proyecto.
La idea es que el borrador base lo redacte un grupo de expertos elegido en el Senado y el Congreso, por partes iguales, donde la derecha tiene mayoría. Se trataría de 24 juristas y especialistas de reconocido prestigio que facilitarán a medio centenar de constituyentes electos en las urnas, los cimientos de lo que será la futura ley de leyes.
Los 14 partidos políticos que han logrado alcanzar este consenso incluyen desde comunistas a seguidores del general Augusto Pinochet.
Vencedores y vencidos en el plebiscito de septiembre que rechazó dar luz verde a un engendro de Constitución, encontraron suficientes puntos coincidentes para evitar que el nuevo borrador caiga en los mismos despropósitos del anterior. Esto es, no habrá sistemas judiciales paralelos, tampoco renuncia a poderes del Estado en favor de las comunidades indígenas ni se cambiará, como se proponía, modificar hasta el nombre de Chile.
¿Qué pasa si no se logra consenso sobre alguna materia? Las normas establecidas ahora exigen que un grupo de seis expertos y seis convencionales o constituyentes lo resuelvan por mayoría de tres quintos.
Sin embargo, la clase política chilena decidió dar respuesta de este modo a las demandas de la población que en su mayoría entiende que había que modernizar un texto desprestigiado en la forma y con carencias de fondo.
Los detractores la acusaban de ser la «Constitución de Pinochet», razón por la que consideraban que merecía enterrarse, pero el propio expresidente Ricardo Lagos, salió al paso y recordó en público: «lleva mi firma». Dicho de otro modo, esa Constitución sufrió un centenar de modificaciones y el reproche de haberse elaborado durante la dictadura (1973-1990) no tenía sentido. Otro asunto es que abordara asuntos de justicia social con la amplitud que se reclama.
El 21 de octubre deberá estar listo el texto que deberá volver a votarse en un nuevo plebiscito el 26 de de noviembre de 2023
Estos acuerdos serán ratificados en el Congreso y el Senado. El calendario para formar el Consejo Constitucional y elegir a los 50 ciudadanos responsables de dar a luz la nueva Carta Magna empieza en enero, mes en el que los juristas empezarán su trabajo y en abril se elegirán a los 50 convencionales. El 21 de octubre deberá estar listo el texto que deberá volver a votarse en un nuevo plebiscito el 26 de de noviembre de 2023. Y está vez, sí promete salir adelante.