Entrevista | Julio Isamit, exministro de Bienes Públicos de Chile
«Otra Convención Constituyente no tiene sentido, el Congreso debe asumir esas funciones»
El exministro Julio Isamit defiende que el rechazo al borrador de la Constitución «supone la negativa a implantar un proyecto de refundación de país formulado por la izquierda»
«El partido no se ha terminado. Nosotros, los que votamos Rechazo y ganamos, lo que en verdad logramos fue una prórroga». La metáfora futbolística la utiliza Julio Isamit, exministro de Bienes Nacionales, para ilustrar el momento en el que se encuentra Chile después de que «el sentido común de la población y no los políticos», diera carpetazo a un borrador de Constitución disparatado.
Isamit, que fue el ministro más joven de la democracia en Chile, (tiene 33 años), no aprecia una reflexión o cambio de rumbo en el Ejecutivo tras el batacazo del referéndum «donde la diferencia fue de 22 puntos».
La derrota de la Consituyente ha sido contundente. Va más allá del rechazo a un mal borrador. Supone la negativa a implantar un proyecto de refundación de país formulado por la izquierda
Pieza significativa del segundo gobierno de Sebastián Piñera (2018-2022), Isamit entiende que el presidente, Gabriel Boric, «no ha tomado nota» del mensaje de las urnas. «La derrota ha sido contundente. Va más allá del rechazo a un mal borrador. Supone la negativa a implantar un proyecto de refundación de país formulado por la izquierda».
Partidario de la última opción con la coalición Chile Vamos y los Partidos Repúblicano y de la Gente, reflexiona: «Si el Congreso tiene legitimidad para aprobar una ley de despenalización del aborto y subir los impuestos, ¿cómo no la va a tener para asumir las funciones de una Constituyente?»
Este Congreso fue electo el mismo día que Boric, tiene la misma legitimidad que el presidente
Lanzada la pregunta al aire, recuerda: «Este Congreso fue electo el mismo día que Gabriel Boric, tiene la misma legitimidad que el presidente». El argumento le sirve para rechazar la opción de otra Convención como reclama el oficialismo, sin que encuentre una resistencia en bloque de la derecha.
Está claro que se necesita un nuevo texto constitucional, lo que no es oportuno ni acertado es la creación de otra Convención
«Hace falta coraje», observa al advertir que bastaría con que los partidos fueran consecuentes con su pensamiento para elegir la puerta de salida natural al problema que es «el Congreso». «Está claro –añade– que se necesita un nuevo texto constitucional, lo que no es oportuno ni acertado es la creación de otra Convención», insiste.
Cuando se refiere a coraje y coherencia el exministro apunta a los diputados y congresistas que se encuentran «atrapados en su propia trampa y no se atreven a salir de ella». En concreto advierte sobre las promesas y compromisos que adquirieron en campaña al garantizar que si salía el «Rechazo» se avanzaría en una buena y nueva Constitución, pero nunca se comprometió una nueva Convención.
En la convocatoria del plebiscito quedaba expresamente escrito que si quedaba rechazado el borrador, la actual Constitución mantendría su vigencia
«En la convocatoria del plebiscito quedaba expresamente escrito que si quedaba rechazado el borrador, la actual Constitución mantendría su vigencia», pero la realidad política impone avanzar en una nueva Constitución. Los políticos deben estar a la altura y superar la discordia constitucional que vivimos"
Isamit lamenta ser testigo de un proceso de «deslealtad institucional» donde el centro derecha «negocia» a espaldas de sus votantes.
«En el Plebiscito de 2020 -continúa- hubo dos papeletas: una para una nueva Constitución y otra para la convención. Ambas cosas ganaron. Sin embargo, ese proceso se cerró y recientemente los chilenos rechazaron el texto y el trabajo de esa Convención. No es conveniente iniciar un proceso equivalente pero más light que el anterior»
Aquella experiencia la protagonizaron los padres de la Constitución: Jordi Solé Tura (Partido Comunista), Manuel Fraga Iribarne, (Alianza Popular), Miguel Herrero de Miñón (AP), Gregorio Peces Barba (PSOE), José Pedro Pérez Llorca (UCD) y Miguel Roca i Junyet (Convergència i Unió).
Para su elaboración tomaron como referencia diferentes Cartas Magnas históricas, entre otras, la Ley Fundamental de Bonn de 1949 y la de la República española de 1931 aunque también recogió aportaciones de constituciones italianas, portuguesas y francesas.
¿Por qué no se fijan en la Constitución que nos ha dado el progreso durante 40 años?
«En Chile –reflexiona– se parte del proyecto de Constitución de Michelle Bachelet» que presentó unos días antes de dejar el poder, no se discutió y jamás entró en vigor.
Isamit se pregunta «¿Por qué no se fijan en la Constitución que nos ha dado el progreso durante 40 años?». Es decir, aquella que se adjudica al régimen de Augusto Pinochet, pero se reformó en más de un centenar de ocasiones y como dijo el ex presidente socialista Ricardo Lagos, «lleva mi firma».
El presidente de Chile asume las suyas y algunas, a su juicio, que no le corresponden. «Ahora trata de presentarse como árbitro cuando ha estado jugado de delantero de este partido», observa.
Gabriel Boric hizo suyo aquel borrador de Constitución y hasta llegó a imprimir decenas de miles de papeletas pidiendo a la población, sin éxito, que lo aprobara. Julio Isamit ofrece una explicación que hace más comprensible el rumbo perdido del actual Ejecutivo de Chile.
«En el gobierno hay severas contradicciones. Los ministros no dicen lo que piensan... En España el PSOE manda en la coalición de Gobierno» mientras que en Chile, señala, «el sector moderado se llama socialismo democrático, pero el arroz graneado, el filete del Gobierno –advierte– es el Partido Comunista».