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Presidente ruso Kremlin Putin

El presidente ruso, Vladimir PutinAFP

300 días de guerra en Ucrania

Putin exige al antiguo KGB una mayor represión ante el temor a una revolución en Rusia

El presidente ruso vive atemorizado ante la posibilidad de una rebelión popular que lo desaloje del poder

Rusia se asoma a una espiral represiva sin fin cabalgada por el presidente Vladímir Putin.

El inquilino del Kremlin, insatisfecho con las leyes represivas que condenan con penas de prisión a todo aquel que exprese su oposición a la guerra o denuncie los crímenes cometidos por las tropas rusas en Crimea, ha ordenado al FSB (el Servicio Federal de Seguridad, heredero del KGB) que refuerce su labor de persecución del disidente.

El presidente ruso vive obsesionado con las llamadas «revoluciones de color», revueltas antigubernamentales que han derribado varios gobiernos de la órbita postsoviética o que han amenazado los regímenes prorrusos.

Las que más repercusión tuvieron fueron la revolución naranja de 2004 y la revolución del Maidán en 2014, ambas en Ucrania.

Esos dos eventos apartaron a Ucrania de la órbita rusa y la acercaron a Europa y Estados Unidos. Putin se tomó esa decisión soberana de Ucrania como una humillación a Rusia, lo que le llevó a invadir el país en 2014 y ahora en 2022.

El Kremlin teme que el enquistamiento de la guerra, la muerte de decenas de miles de soldados, los reclutamientos forzosos y las consecuencias económicas de las sanciones internacionales generen el caldo de cultivo idóneo para una revolución que busque desalojarlo del poder.

Durante el Día de los Servicios de Seguridad, Putin reveló que habían aparecido «nuevas amenazas» que amenazan a Rusia y que hace necesario una mayor actividad de inteligencia interna. «El trabajo debe intensificarse», señaló ante los miembros del FSB, informó Reuters.

En ese sentido, exigió al FSB que aumente su «potencial operativo, técnico y de personal» con un objetivo: el control de la sociedad rusa.

«Ahora se requiere máxima compostura, concentración de fuerzas de las agencias de contrainteligencia, incluida la inteligencia militar», añadió.

Putin expresó también su preocupación por una agresión externa: «Cualquier intento de violar la frontera debe frustrarse de manera rápida y efectiva por medio de cualquier medio y fuerza de la que dispongamos, incluidas las unidades de acción móviles y las fuerzas especiales».

«Es necesario reprimir severamente las acciones de los servicios especiales extranjeros, identificar rápidamente a los traidores, espías y saboteadores», aseveró en referencia a los numerosos casos de explosiones registradas en territorio ruso desde el inicio de la guerra y que las fuerzas de seguridad no son capaces de prevenir.

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