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El presidente ruso, Vladimir PutinAFP

301 días de guerra en Ucrania

Putin afirma no temer a los Patriot que EE.UU. enviará a Ucrania: «Encontraremos un antídoto»

Cuando estén operativos en Ucrania, los Patriot podrían echar por tierra los planes rusos para recuperar el impulso ofensivo

La reciente visita del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, a Estados Unidos, donde se entrevistó con el presidente Joe Biden y pronunció un histórico discurso ante el Congreso, ha desconcertado a las élites del Kremlin.

Para contrarrestar el movimiento, Moscú envió al expresidente Dmitri Medvédev a Pekín a presumir de amistad con el presidente chino Xi Jinping. Una visita que prácticamente ha pasado desapercibida y que tampoco aporta nada nuevo.

En la visita a Washington, Zelenski escuchó en persona de boca de Biden la promesa de enviar los sistemas de defensa antiaérea Patriot que podría poner fin a los bombardeos rusos contra las ciudades ucranianas.

En el alto mando ruso la llegada de los Patriot se contempla con temor conscientes de que cuando ese sistema esté plenamente operativo en Ucrania supondrá una patada al tablero de la guerra y echar por tierra la estrategia del Kremlin para recuperar la iniciativa ofensiva en Ucrania.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, anunció que los Patriot tienen capacidad de alcanzar y destruir misiles de crucero, misiles balísticos de corto alcance y aviones a gran altitud.

Pese a todo, el presidente Putin afirmó que no teme el efecto de los Patriot y que Rusia encontrará un «antídoto» para neutralizarlos.

Según Putin, los Patriot son sistemas «bastante antiguos» y no funcionan «tan bien» como los rusos S-300.

«Los crujiremos» como nueces, dijo sobre los sistemas estadounidenses. Para Putin, los nuevos envíos estadounidenses a Ucrania no hacen más que «alargar el conflicto». «Los que lo hacen, lo hacen en vano. Simplemente alargan el conflicto. Eso es todo», aseveró.

Moscú dijo previamente que los Patriot, al igual que otras armas entregadas a Ucrania por países occidentales, serán un objetivo legítimo para las fuerzas aéreas rusas.