Cuba
2022 fue el año en el que los cubanos huyeron, como nunca antes en su historia, en masa de la isla
Cuba se está quedando sin juventud y sin fuerza de trabajo, con una población en la que nacen pocos niños y solo se quedan los adultos mayores.
En el año que culmina, el 2,4% de la población cubana, unos 270 mil habitantes, la mayoría jóvenes y adultos de edad media (entre 15 y 59 años), abandonaron la isla en busca de libertad y un futuro mejor. Sin duda un récord en la historia del país, pero no un fenómeno nuevo.
La migración de cubanos comenzó con el éxodo que provocó el triunfo de la Revolución Cubana con Fidel Castro a la cabeza, la cual produjo una ola de 250 mil expatriados entre 1959 y 1962, y cuyo destino final fue, principalmente, Norteamérica.
Paro y «economía miserable»
Súmele a eso, la falta de libertad como consecuencia de la represión y del férreo control de las instituciones y de la vida social y personal que el gobierno ejerce.
Avalancha de detenciones y represión
En ese sentido un buen ejemplo son las más de 1.500 personas, la mayoría jóvenes, que fueron detenidas durante las protestas de 2021 y de las cuales, al menos, 670 permanecen aún en la cárcel, según las informaciones de las ONG que hacen seguimiento a la violencia oficial y a la represión.
Más tarde, en 1980, tuvo lugar el conocido éxodo del Mariel que produjo la salida de otros 125 mil más, y en 1994 la muy publicitada crisis de los balseros que involucró a más de 30 mil cubanos.
22 dólares de salario medio
La razón de esta última y sin precedente estampida es que Cuba se ha convertido en un país de sobrevivientes, pues hacer cualquier cosa está llena de obstáculos y dificultades: opinar, comprar, darse un gusto y salir a tomar un café o vivir del trabajo.
El salario medio ronda los 22 dólares mensuales al cambio real (el doble que en Venezuela) y el sector privado se limita a un restringido grupo de actividades y oficios permitidas por el gobierno.
Así que la causa subyacente a las olas migratorias cubanas, es la crisis estructural y el agotamiento de un modelo político y socioeconómico, populista y de izquierda procomunista, que no ofrece alternativas viables para sostener la vida en la isla.
Los empleos en Cuba son por lo general mal pagados y de baja calidad por lo cual la pobreza se hizo crónica junto con las desigualdades sociales y territoriales y el deterioro progresivo de la protección y de la calidad de los servicios y la asistencia social.
El fin de la URSS
Cuba lleva décadas en crisis desde la retirada del apoyo soviético lo cual acabó con la época de relativa bonanza de los años 1970 y 80, cuando la URSS subvencionaba a la isla, pero más recientemente el impacto de la pandemia sobre la principal fuente de ingresos de la isla que es el turismo, junto con el endurecimiento del embargo de EE.UU. y la fallida reforma monetaria y salarial, que Venezuela copió, acabaron por hundir su economía.
Pese al apoyo financiero de Venezuela durante la era de Chávez y los primeros años de Maduro, el gobierno es incapaz de pagar a sus acreedores
Hoy, pese al significativo apoyo financiero recibido desde Venezuela durante la era de Chávez y los primeros años de la actual gestión de Nicolás Maduro el gobierno es incapaz de pagar a sus acreedores, por lo que los suministros del exterior son limitados, algo especialmente grave en un país que importa entre el 60 y el 70% de los alimentos que consume y cuyo sistema energético depende del petróleo externo, principalmente venezolano.
Recientemente, en un intento fallido de recaudar divisas, el Estado, que monopoliza el comercio legal en el país, comenzó a vender comida y productos básicos en dólares, pero a esa moneda solo tiene acceso una parte relativamente pequeña de la población pues los grandes consumidores eran los turistas.
Mercado negro
En la actualidad, existe un mercado negro callejero que no soluciona el problema de la escasez; así que conseguir alimentos básicos, especialmente proteínas y artículos de aseo puede requerir colas de varias horas desde la madrugada, como en Venezuela con la gasolina.
Sin futuro, como en Venezuela
La situación se explica porque, para los jóvenes de hoy y los profesionales, las perspectivas de que la situación cambie en el futuro son prácticamente nulas, por lo que sus sueños de trabajo, logros personales y una vida mejor y en libertad, pasan por emigrar.
Lo mismo que ocurre con los 7 millones y medio de venezolanos que han salido del país, su anhelo es tan grande que están dispuestos a salir de forma ilegal y jugándose la vida en peligrosas travesías.
Salidas de emergencia
Para los cubanos, la vía más habitual consiste en volar a Nicaragua, donde no necesitan visado y guiados por mafias que cobran entre 8 y 15 mil dólares por persona, transitar miles de kilómetros en la clandestinidad por Honduras, Guatemala y México hasta pisar suelo estadounidense.
Estos costos suelen ser financiados por sus familiares cubanos que viven en los Estados Unidos y que ya suman 1,3 millones.
El acuerdo con Nicaragua fue una maniobra intencional del gobierno cubano para proporcionar una válvula de escape a la población y aliviar presiones internas
Algunos expertos creen que el acuerdo con Nicaragua fue una maniobra intencional del gobierno cubano para proporcionar una válvula de escape a la población y aliviar presiones internas en un momento de fuerte descontento social por la escasez y la represión.
También está la opción, menos costosa pero aún más arriesgada, de intentar alcanzar las costas de Florida o Centroamérica en embarcaciones. Los planes con frecuencia fallan y muchos acaban muertos o deportados.
Adicionalmente, es necesario señalar que una buena parte de los cubanos que viven en otros países como parte de los Convenios de Apoyo y las Misiones que su gobierno ha suscrito, también están huyendo para no tener que regresar a Cuba.
60.000 cubanos en Venezuela
El caso de los más de 60 mil cubanos que viven en Venezuela es un buen ejemplo. Aunque, obviamente, no hay cifras oficiales, se estima que entre el 10 y el 15% de ellos se han escapado ya a algún país de Hispanoamérica.
Así pues, nos encontramos ante un patrón de eventos migratorios que se corresponde con la instalación de sistemas sociopolíticos y económicos que conducen inevitablemente al desastre, como es el caso de Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Países sin juventud, con cada vez menos fuerza de trabajo, con economías miserables, sin libertad y sin futuro.