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El primer ministro portugués, Antonio Costa.

El primer ministro portugués, Antonio Costa.EFE

El socialista Costa empieza 2023 con mal pie y se enfrenta a una moción de censura en Portugal

El gobierno portugués también deberá hacer frente a una inflación infernal, huelgas sindicales y un escándalo en la aerolínea estatal TAP

La tormenta política arrecia sobre Portugal y complica el inicio de curso al gobierno del socialista Antonio Costa con una moción de censura que se celebrará este jueves y a la que no asistirá el primer ministro.

La moción de censura, presentada por el partido de centro derecha Iniciativa Liberal y a la que se ha sumado el partido de derechas Chega, no tiene opciones de prosperar, ya que el Partido Socialista tiene mayoría absoluta parlamentaria.

Además, el principal partido de la oposición, el Partido Social Demócrata, anunció que no se sumará a la moción, al no ver ninguna posibilidad de que prospere.

Sin embargo, la moción llega en un momento complicado para el gobierno de Costa, justo cuando trata de cerrar una reciente crisis de gobierno que ha supuesto la salida de tres ministros.

De hecho, este jueves también está previsto que los nuevos ministros de Infraestructuras, Joao Galamba, y de Vivienda, Marina Gonçalves, tomen posesión de sus ministerios junto con seis nuevos secretarios de Estado.

De esas dimisiones, la que más dolió al gobierno de Costa ha sido la de Pedro Nuno Santos, considerado mano derecha del primer ministro, y que además de dimitir como ministro de Infraestructuras abandonó también la secretaría general del Partido socialista portugués.

La chispa que ha hecho saltar la paz interna en el gobierno luso ha sido el escándalo por la indemnización que la aerolínea estatal TAP pagó a una de sus administradoras y que ascendió a la cifra de medio millón de euros.

El pago de la indemnización trascendió justo cuando el gobierno de Costa había completado el rescate de la aerolínea.

Ante la polémica causada por la abultada indemnización, los partidos de la oposición reclamaron también la dimisión del ministro de Finanzas, Fernando Medina.

Por otro lado, el gobierno socialista debe hacer frente también a este comienzo de curso a un endemoniado contexto social con huelgas convocadas en los sectores de educación y de transportes que han afectado a miles de personas.

Asimismo, la conflictividad social podría aumentar en los próximos meses empujada por una subida de precios de productos alimentarios y de primera necesidad.

La subida de la luz, del gas y del precio de los billetes de transporte público han arrojado a Portugal a un pozo inflacionista de difícil solución.

Sin embargo, los sindicatos advirtieron que la medida es meramente simbólica y que no solucionará el problema, por lo que anunciaron nuevas huelgas.

Los aumentos, señala Efe, no frenan la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores en Portugal, que cayó un 1,1 puntos porcentuales en 2021 y se situó en el 75,1 % de la media europea, lo que deja al país en la posición 16 entre los 19 de la zona euro.

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