Brasil
El Supremo de Brasil ordena la detención del exministro de Seguridad de Bolsonaro
El juez, Alexandre Moraes, le hace responsable, por complicidad y junto al excomandante de la Policía Militar, Fabio Augusto Vieira, de los asaltos a las instituciones de Brasilia
Primero fue el gobernador de Brasilia, suspendido 90 días del cargo; más tarde le llegó la hora al jefe de Policía de la Capital Federal, destituido y pendiente de investigación y ahora le ha tocado el turno al exministro de Justicia y Seguridad, Anderson Torres. El Tribunal Supremo de Brasil ha ordenado su detención inmediata.
El más alto tribunal ordenó también el registro de su vivienda y el arresto del excomandante de la Policía Militar, Fabio Augusto Vieira.
Torres, que se encontraba en Estados Unidos, anunció en su cuenta de Twitter que adelantará su regreso para defenderse. «He tomado la decisión de interrumpir mis vacaciones y regresar a Brasil. Me presentaré ante la justicia y cuidaré mi defensa.»
En un hilo abierto, el exresponsable del equivalente a Interior y Justicia, añadió: «Siempre he basado mis acciones en la ética y la legalidad. Creo en la justicia brasileña y en la fortaleza de las instituticiones. Estoy seguro de que la verdad prevalecerá».
El juez Moraes les atribuye directamente complicidad en los sucesos que culminaron con la toma de la Presidencia, el Congreso y la sede del Supremo en Brasilia. «Espantoso» es otro de los términos utilizados por el magistrado que más ampollas levante las filas de Bolsonaro.
El diario O´Globo publica un extracto de su resolución donde advierte que «la omisión de las autoridades publicas, además de ser potencialmente delictiva, es atroz porque, en este caso, los actos de terrorismo se revelan como una verdadera tragedia anunciada, debido a la absoluta publicidad de la convocatoria a manifestaciones ilegales por las redes sociales».
El gobierno de Luiz Inacio Lula Da Silva asumió el 1 de enero y el asalto se produjo una semana más tardes. Los campamentos en los alrededores de Brasilia así como en otras ciudades de Brasil se instalaron el 30 de octubre, fecha de la segunda vuelta de las elecciones en las que se impuso Lula por menos de dos puntos.
Ni el gobienro de Jair Bolsonaro ni en esta semana el de Lula adoptaron al decisión de disolver las concentraciones.