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Emmanuel Macron durante una rueda de prensa ayerAFP

Francia

Francia desafía a Macron con una huelga general para evitar la jubilación a los 64 años

El proyecto de ley logra unir a izquierda extrema y derecha y a los sindicatos que antes estaban enfrentados, en una jornada de paro total y protestas

Jueves negro para Emmanuelle Macron. Francia vive hoy una jornada de movilizaciones y huelgas que dejarán al país en punto muerto. El presidente se juega el todo por el todo en su prometida reforma de la ley de pensiones que busca extender a 64 años la jubilación de los franceses.

El Gobierno no encuentra respaldo ni aliados que secunden su propuesta en los términos que está redactada. Por el contrario, el rechazo es general dentro y fuera del Congreso.

La huelga es general. Misión imposible encontrar un sindicato que no se haya plegado a las movilizaciones para evitar que, como espera Macron, en torno al próximo 26 de marzo salga adelante una reforma que rechaza cerca del 70 por ciento de la población.

El presidente se arriesga a vivir un déjà vu como el de principios de 2020. Su primer intento de sacar adelante una propuesta calcada a la actual quedó frustrado por la pandemia y el rechazo de oposición y sindicatos.

Cuestión de Estado y visión de futuro son los argumentos que Macron pone sobre la mesa antes de recordar que el sistema de pensiones no es sostenible a largo plazo

El presidente de la segunda economía de Europa no duda en asumir el riesgo de volver a intentarlo e incluso se podría plantear, como último recurso, recurrir a la vía rápida del 49.3, un mecanismo que le permite adoptar una ley sin someterla a votación.

Cuestión de Estado y visión de futuro son los argumentos que pone sobre la mesa Macron antes de recordar que el sistema de pensiones, hoy sin dificultades, no es sostenible a largo plazo.

Desafío para Macron y Borne

La segunda legislatura de Macron viene marcada por este desafío nacional. El objetivo del presidente, de 45 años, y de su primera ministra, Elisabeth Borne, de 61, es evitar a toda costa sacar adelante la ley por las bravas al no tener mayoría en el Congreso. Para lograrlo, necesita al Partido Republicano.

Los republicanos (conservadores), parece entender, parcialmente, que el sistema de pensiones y jubilaciones, así como está, no sirve para el futuro. Su presidente, Eric Ciotti, asume como imperativas otras modificaciones y un sector de sus diputados se resiste a facilitarle la tramitación a Macron.

Ciotti ha deslizado que el presidente debe afinar más el lapicero antes de quedarse pegado a una medida tan impopular e injusta para la mayor parte de la población. Dicho de otro modo, el mensaje de los republicanos es que, hoy por hoy, no cuente con ellos.

Los sindicatos

Mucho menos con los sindicatos. Por primera vez en 12 años organizaciones que son como el agua y el aceite, han cerrado filas frente a un enemigo común: la reforma de pensiones y jubilaciones de Macron.

La CFDT (Confederación Francesa Democrática del Trabajo), Force Ouvrière (Confederación General del Trabajo-Fuerza Obrera) y prácticamente el resto de las organizaciones sindicales como la CFE-CGC, la Unsa o Solidaires, se reunieron en la Bolsa de Trabajo de París el pasado martes y acordaron participar en bloque en las movilizaciones de hoy.

«Confío en que lleguemos al millón de manifestantes. Si no lo logramos será difícil» frenar la iniciativa del Gobierno, declaró Cyril Chabanier, titular de la Confederación Francesa democrática del trabajo CFTC, a Le Figaro.

En la oposición, lo que el Gobierno encuentra va más allá de la incomprensión. Las expresiones en su contra rozan el ataque personal.

Macron tiene un lado sádico, como el niño que arranca las alas a las moscas en un momento en que los franceses están en un periodo muy difícilMarine Le Pen

Marine Le Pen, segunda en las preferencias del electorado en las dos últimas elecciones, resumió el escenario como si se tratara de un fragmento de película de terror. «Macron tiene un lado sádico, como el niño que arranca las alas a las moscas en un momento en que los franceses están en un periodo muy difícil».

Los partidos de la izquierda se entusiasman con las protestas. Comunistas, socialistas y los que conforman la Nueva Unión Popular Ecológica y Social (Nupes) ven en la jornada de hoy una oportunidad de volver a sacudir a Macron.

Carta de intelectuales

Intelectuales de diferente pelaje se suman a las protestas. La premio Nobel de Literatura Annie Ernaux, la actriz Adele Haenel o el escritor Nicolás Mathieu suscribieron con un centenar de famosos una carta donde expresan su «determinación a luchar contra este proyecto de reforma arcaico y terriblemente desigual».

La misiva advierte que, «la reforma golpeará más fuerte a aquellos que desempeñan los trabajos más duros y agotadores, tanto física como psicológicamente. Son los que tienen menos posibilidades de disfrutar de una jubilación tranquila e imaginar un futuro después de los 64 años».

El objetivo final de esta reforma para Macron, según este colectivo, es «seducir a la derecha para crear una mayoría que las urnas no le han dado»

El único que parece algo optimista en el día de hoy es Olivier Dussopt. El ministro de Trabajo, confió en que «las movilizaciones no signifiquen el bloqueo de toda Francia.»