Los dos tanques occidentales con los que Ucrania aspira a doblegar a la fuerza acorazada rusa

Tras un largo tira y afloja, parece que los ansiados tanques Leopard 2 de fabricación alemana no llegarán a Ucrania.

El Gobierno alemán no ha dado su brazo a torcer y no autorizará, de momento, que países con tanques Leopard en sus Ejércitos cedan algunas unidades a Ucrania para reforzar su posición frente a Rusia.

Sin embargo, Ucrania sí que dispondrá de poderosos tanques –de momento unas pocas unidades, pero en el futuro podrían ser más– de fabricación occidental llamados a dar una ventaja estratégica frente a Rusia en la guerra de tanques.

Se trata de los británicos Challenger 2, comprometidos por el ministro británico de Defensa, Ben Wallace.

El Challenger 2 está en servicio en el Ejército británico desde 1990 y ha demostrado su eficacia en las campañas de Irak y Bosnia. Según The Times, el Ejército británico no ha perdido jamás uno de ellos en combate.

Con una velocidad máxima de 59 kilómetros por hora, una autonomía de 450 kilómetros y un peso de 62,5 toneladas, el Challenger 2 es uno de los tanques más poderosos de los Ejércitos actuales.

Su arma primaria, un cañón de ánima rayada de 120 mm, es al mismo tiempo su principal baza y su principal problema.

Este tipo de cañón permite el lanzamiento de proyectiles explosivos de extrema precisión que, sin embargo, exigen una gran complejidad logística.

Sin embargo, el Challenger 2, advirtió el Gobierno de Kiev, no es suficiente. El Leopard 2 es fundamental para garantizar que el Ejército ucraniano podrá expulsar al Ejército ruso de su territorio.

Además, advirtió que «cada día se hace más evidente que no hay alternativa» a los tanques Leopard.

Desarrollado en la década de 1970 en Alemania y en servicio desde 1979, el Leopard 2 no ha dejado de evolucionar desde entonces hasta convertirse, junto al Abrams estadounidense y Challenger 2 británico, en uno de los tanques con mejores prestaciones del mercado.

Sin embargo, no parece que Alemania vaya a dar su autorización a corto plazo para enviar el Leopard a Ucrania y, si lo hace, serían unas pocas decenas, seguramente aquellos empleados para testarlos en ejercicios militares.

Según el Gobierno de Kiev, en cambio, harían falta varios centenares de tanques para poder hacer frente a la poderosa arma acorazada con la que cuenta Rusia.