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Mercenario Wagner huido

Andrei Medvedev, excomandante del Grupo Wagner huido a NoruegaAFP

341 días de guerra en Ucrania

El comandante desertor de Wagner insiste en llevar a Putin ante la justicia: «Tarde o temprano caerá»

Andrei Medvedev describió la brutalidad de los mercenarios Wagner en el campo de batalla: «Juntaban a los que no querían pelear y les disparaban»

El exmercenario del Grupo Wagner Andrei Medvedev huido a Noruega, donde ha solicitado asilo a cambio de cooperar para desvelar los crímenes de guerra cometidos por los rusos en Ucrania, ofreció un nuevo testimonio de la brutalidad de las tropas rusas.

«Juntaban a todos los que se negaban a pelear y les disparaban delante de los recién llegados», declaró en una segunda entrevista concedida a la CNN. «Luego los enterraron en las trincheras excavadas por los nuevos reclutas».

Andrei Medvedev, de 26 años, decidió huir decepcionado con el Grupo Wagner. Los crímenes cometidos en el frente, el maltrato a las tropas –«nos lanzaban a luchar como carne de cañón» –, o la manipulación de los contratos para alargar de forma indefinida el servicio en el Grupo Wagner, le llevaron a desertar.

Al principio, cuando expresó su disconformidad con la prórroga de su contrato, recibió palizas para obligarle a luchar.

Luego escapó a Noruega corriendo sobre un lago helado bajo los disparos de los agentes del FSB (los servicios de seguridad rusos) que trataban de frustrar su huida. Antes ya lo había intentado en dos ocasiones junto a la frontera finlandesa, pero fracasó.

Medvedev se había unido a Wagner en julio de 2022 y 10 días después cruzó la frontera a Ucrania para combatir con un contrato de cuatro meses en la zona de Bakhmut.

En sus declaraciones a la CNN desde Oslo, Medvedev afirmó que durante el tiempo en que sirvió como comandante de una unidad de combate de Wagner informaba directamente con Yevgeny Prigozhin, fundador de la compañía de mercenarios. Aseguró que Prigozhin es «el mismo diablo».

También desveló el caos interno que rige en el Grupo Wagner, con ofensivas sin «tácticas reales», ideando estrategias «sobre la marcha».

«Sólo nos transmitían datos sobre la posición del adversario, pero no nos daban órdenes concretas sobre cómo debíamos actuar. Decidíamos cómo comportarnos sobre la marcha: quién abriría fuego, cómo organizar los turnos… El modo en que lo hiciéramos era nuestro problema», señaló.

Volvió a confirmar sus afirmaciones de la entrevista anterior donde indicaba cómo los responsables de Wagner declaraban desaparecidos a los muertos para no tener que pagar las indemnizaciones de cinco millones de rublos (71.000 dólares) a las familias de los presos reclutados: «Nadie quería pagar esa cantidad de dinero».

Por último, volvió a ofrecerse para colaborar en la tarea de llevar a Prigozhin y a Putin ante la justicia internacional. «Tarde o temprano, la propaganda en Rusia dejará de funcionar, la gente se levantará, todos nuestros líderes caerán y surgirá un nuevo líder».

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