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El presidente francés, Emmanuel Macron, en un acto públicoGTRES

Francia

Macron se enfrenta a otra huelga mientras lucha por conseguir los votos para la reforma de las pensiones

La aprobación del texto en la Asamblea Nacional depende de las reticencias de los diputados de Les Républicains

Este martes el Gobierno de Emmanuel Macron se enfrentará a una segunda jornada de huelga por su controvertida propuesta de reformar las pensiones de los franceses, mientras en la Asamblea Nacional la mayoría de votos prevista se tambalea.

Tras la presentación oficial del proyecto de ley por parte del Gobierno, Francia ya vivió una primera jornada de huelga el pasado 19 de enero en la que miles de franceses se manifestaron en oposición a, entre otras cosas, elevar la edad de jubilación de 62 a 64 años.

Para esta segunda convocatoria, se esperan grandes trastornos en las escuelas y en el transporte

El SNUipp-FSU, el principal sindicato de escuelas primarias de Francia, pronosticó el lunes que la mitad de los maestros de primer grado estarían en huelga como parte del segundo día de movilización nacional.

Para el caso de París, el SNUipp-FSU planea una huelga «todavía masiva» con «al menos un centenar de escuelas que serán cerradas y el 60 % de los docentes en huelga» recoge Le Monde.

Por su lado, la movilización de los trabajadores ferroviarios reducirá el número de trenes de Transporte Exprés Regional (TER) a dos de cada diez, el tráfico de trenes de alta velocidad al 25 % o 30 % y prácticamente no habrá trenes Intercity, ni trenes nocturnos.

Mientras tanto en los aeropuertos, la huelga de los controladores aéreos provocará interrupciones y retrasos. Uno de cada cinco vuelos podría cancelarse en el aeropuerto París-Orly. Sin embargo, se espera que en el Charles de Gaulle, debería haber suficiente personal trabajando para garantizar su pleno funcionamiento, según adelantó la dirección general de aviación civil.

Detractores en la calle y en la Asamblea

El proyecto estrella del Gobierno de Macron se enfrenta a detractores tanto en las calles como en la Asamblea Nacional.

Al presentar el proyecto el pasado 10 de enero, la primera ministra, Elisabeth Borne, pensó que tenía una mayoría consistente en la Asamblea Nacional en torno al proyecto de Ley, pero al pasar de los días las dudas crecen sobre esos apoyos.

En los cálculos de Borne, para alcanzar los 289 votos necesarios para la aprobación del texto, el Gobierno francés contaba con los 250 diputados de los tres grupos mayoritarios (Renacimiento, MoDem y Horizontes) y con los 62 diputados del partido Les Républicains (LR).

Después de varias reuniones, Elisabeth Borne y el nuevo presidente de los republicanos, Eric Ciotti, habían logrado encontrar «puntos en común». Pero en cuestión de días, las posibilidades de una amplio apoyo se resquebrajó.

Pese a ciertas concesiones a la derecha, como rebajar la edad legal de jubilación de 65 a 64 años, una quincena de diputados de Les Républicains siguen oponiéndose al texto, lo que hace incierto el resultado de una votación en la Asamblea Nacional.

En vísperas de la llegada del proyecto de ley a la Comisión de Asuntos Sociales de la Asamblea Nacional, la Primera Ministra se ha mostrado, una vez más, inflexible al afirmar a Franceinfo que el corazón del proyecto de ley -o el paso a los 64 años - «ya no es negociable».

Entre los diputados 'macronistas', este ambiguo posicionamiento de los diputados de LR desanima y ya pocos se hacen ilusiones de que manifestarán su apoyo en el hemiciclo para defender el proyecto de gobierno.

«El grupo LR es poco fiable bajo cualquier circunstancia », lamenta en Le Monde el presidente de la comisión de justicia de Renaissance, Sacha Houlié.

Para El Elíseo, el peligro de la falta de mayoría en la Asamblea Nacional también se manifiesta en sus propias filas. Desde el ala izquierda de Renaissance hasta el grupo MoDem, pasando por Horizons, algunos reportan un persistente «malestar» sobre el contenido y los objetivos de la reforma de las pensiones. Pero más grave aún, una quincena de diputados 'macronistas' han amenazado públicamente con oponerse al texto.