363 días de guerra en Ucrania
Putin descarta cualquier salida pacífica en Ucrania: «Rusia es invencible»
«Rusia es invencible en el campo de batalla». Con esa frase el presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, derribó cualquier tipo de esperanza de que Rusia pueda sentarse a negociar a corto plazo con Ucrania y abrirse a un acuerdo que permita poner fin a la guerra.
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Cuando el conflicto está cerca de cumplir su primer año de combates, el presidente ruso pronunció su discurso del Estado de la Nación ante los miembros de la Asamblea Federal.
Un discurso repleto de odio a Occidente y a Ucrania, así como a los valores occidentales que, acusó, tratan de corromper el alma rusa.
Putin, que centró su discurso en el curso de la guerra, pero sin citarla. Como suele ser habitual, se refirió a ella en todo momento con el eufemismo de «operación militar especial».
«Ellos empezaron la guerra»
Se desprendió de toda responsabilidad del estallido del conflicto y de las decenas de miles de víctimas: «Son ellos los que empezaron la guerra, y nosotros empleamos la fuerza para parar esa guerra».
«Son las élites occidentales los responsables de este conflicto, al igual que el régimen de Kiev». «La élite occidental quiere que Rusia sea derrotada estratégicamente, quieren acabar con nosotros».
El presidente ruso acusó al gobierno de Kiev y a sus socios occidentales de iniciar la guerra con los ataques al Dombás desde 2015.
Acusó también a Occidente de haber abierto las puertas al nazismo en Ucrania y aseguró que, en los años 30 del siglo XX, fue también Occidente quien promocionó el nazismo en Europa.
«En los años 30 del año pasado Occidente abrió el camino a los nazis en Alemania y ahora hacen lo mismo en Ucrania».
Las palabras de Putin dejan entrever su visión de la guerra y de la situación que atraviesa Rusia como consecuencia de las agresivas políticas del Kremlin y mostró un escenario en el que Rusia es una víctima acosada por el mundo occidental que se ha visto obligada a defenderse militarmente para sobrevivir.
En ese sentido, aseguró que «la operación militar especial» es una lucha «por la reunificación de nuestro pueblo».
En su cosmovisión, Rusia no solo es el agresor, sino que es una víctima. En su interpretación paralela de la realidad, no fue Rusia quien ejecutó la agresión, sino Ucrania en 2014 cuando derrocó al dictador Viktor Yanukovich.
Según la interpretación de Putin, las tropas rusas no invadieron Ucrania, sino que fue Ucrania la que planeó un ataque masivo contra el Dombás en febrero de 2022 y las tropas rusas se vieron obligadas a intervenir para evitarlo.
Lejos de reconocer los reveses que sufren las tropas rusas en el campo de batalla, aseguró que «paso a paso estamos resolviendo las tareas».
Se refirió a Ucrania como «nuestras tierras históricas», negando así el derecho al Estado ucraniano a existir, acusó al gobierno de Volodimir Zelenski de «neonazi» y afirmó que la «operación militar especial» se organizó «para liquidar la amenaza del régimen neonazi de ucrania que se organizó tras el golpe de estado de 2014».
Acusó también al gobierno de Kiev de ejecutar un genocidio en el Dombás que, «bajo permanente fuego desde 2014, esperaba que Rusia acudiera a ayudarla».
Asimismo, afirmó que Rusia desarrolló una intensa política diplomática para evitar el conflicto, pero acusó a Occidente de mentir y de financiar «los ataques terroristas en el Dombás».
Kiev «organizaba batallones nacionalistas y les proporcionaban armas: aviones, armamento pesado, procedente de Occidente».
Asimismo, acusó al gobierno de Ucrania de iniciar el proceso para «adquirir armamento nuclear» y de organizar, con el apoyo de sus aliados occidentales «un gran ataque al Dombás en febrero de 2022», lo que habría obligado al Kremlin a iniciar la invasión.
«Entendimos que la OTAN tenía planes agresivos y que no iba a parar. La amenaza crecía día a día. Teníamos información de que todo estaba preparado para una acción sangrienta ucraniana en el Dombás para febrero de 2022».
«Aquellos que planeaban contra Dombás entendían que el siguiente ataque sería contra Crimea y Sebastopol», añadió.
Laboratorios biológicos
Putin dio credibilidad a teorías de la conspiración en su discurso que indican que Estados Unidos construyó laboratorios biológicos en Ucrania para organizar ataques contra Rusia.
«Querían, a través del régimen de Kiev, desatar una gran guerra. Ahora ya lo confiesan abiertamente, no lo esconden», subrayó.
Frente a ello, «Rusia quería una solución pacífica, mientras occidente jugaba con las vidas humanas y las cartas marcadas».
«Este asqueroso juego de mentiras no es nuevo: con ese método se destruyó también Yugoslavia y Siria», afirmó.
Según Putin, los gobiernos occidentales «han engañado a sus propios pueblos». «Occidente se ha convertido en un símbolo de la mentira absoluta. Nosotros defendemos la verdad».
El inquilino del Kremlin insistió en la responsabilidad de los aliados occidentales de Ucrania en el estallido de la guerra.
«Nosotros estábamos abiertos a un dialogo constructivo con occidente. Defendíamos un sistema de seguridad global», aseguró.
Según él, la OTAN respondió ampliándose agresivamente: «Llegó a nuestras fronteras, aparecieron nuevas regiones con misiles, contingentes militares, y no solo en las fronteras de Rusia. Ni un solo país tiene tal cantidad de bases militares como Estados Unidos».
Acusó a Estados Unidos de haber violado todos los tratados pacíficos de control de armas nucleares y de rechazar todos los tratados de seguridad global.
Putin retrocedió hasta el siglo XIX para justificar sus acciones en Ucrania. Habló de un plan para destruir Rusia que se remonta a los tiempos de los imperios austro-húngaro y polaco. Ese plan «tiene como objetivo romper los lazos de nuestro país con sus territorios históricos, como Ucrania».
Hizo hincapié en que Occidente «fomenta la rusofobia y los nacionalismos agresivos contra Rusia».
«Las tropas ucranianas emplean símbolos nazis y no ocultan de quién son herederos. En Occidente no prestan atención a estos signos porque les da igual, solo quieren luchar contra Rusia, y usan a todos, terroristas, neonazis, al mismo diablo emplean para luchar contra Rusia».
Un Dios de género neutro
Vladimir Putin acusó a Occidente de querer destruir la sociedad rusa, a las familias rusas y a la Iglesia ortodoxa rusa. En Occidente, aseguró, «la pedofilia se ha convertido en la norma de su vida y los sacerdotes bendicen matrimonios homosexuales».
«Por ejemplo, en la Iglesia anglicana hablan un Dios de género neutro. No saben lo que hacen».
«Millones de personas en Occidente comprenden que sus líderes los conducen a un desastre espiritual, pero su élite no tiene cura. Son sus problemas. Nosotros vamos a defender a nuestros niños de la degradación de Occidente», argumentó.
Aseguró que la mayoría de los rusos defiende «nuestras acciones en el Dombás» y que «nuestros ciudadanos han unido su destino al destino de su patria».
Putin también dedicó unos minutos a reflexionar sobre el estado de las fuerzas armadas rusas.
Anunció un proceso de reforma para fortalecer al Ejército con una nueva organización, mayor financiación y una industria militar fuerte.
En ese sentido, aseguró que «muchos de nuestros proyectos están muy por encima de los análogos occidentales».
Asimismo, desdeñó las sanciones internacionales contra Rusia y afirmó que han fracasado, ya que la economía rusa ha resistido y que el PIB no se ha hundido como se pretendía.
Sin embargo, según su interpretación, las sanciones han tenido un efecto contrario al buscado y habrían perjudicado a las economías occidentales: «Suben los precios, cierran las fábricas, y a sus ciudadanos les explican que la culpa es de los rusos».
«El objetivo es hacer sufrir a nuestro pueblo. Pero nuestra economía resultó ser más fuerte de lo que creían». «Ellos mismos se están hundiendo», aseguró.