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Suella Braverman Reino Unido

La ministra del Interior del Reino Unido Suella BravermanAFP

El Gobierno británico reconoce que la corrección política alimenta el radicalismo islamista

La ministra del Interior del Reino Unido lamentó que los funcionarios de seguridad han puesto demasiado el acento en la extrema derecha y poco en las organizaciones islamistas

La ministra del Interior del Reino Unido, Suella Braverman, afirmó que «tenemos un punto ciego en el sistema» de seguridad nacional que «ha permitido que ciertos grupos islamistas operen bajo nuestro radar».

Braverman señaló, explícitamente, a la corrección política como causa de la proliferación de una red islamista «altamente coordinada» que no ha recibido ningún cuestionamiento ni reprobación pública a pesar de difundir propaganda e ideología fundamentalista de forma abierta.

«No puede haber lugar para la corrección política en nuestra seguridad nacional. De hecho, me gustaría desterrarla por completo», dijo Braverman con contundencia.

La titular de la cartera del Interior británica señaló que se ha tratado de dar una consideración «perfectamente respetable» a la ideología islamista, sin querer ver que, bajo esa pátina de respetabilidad, se escondían actitudes extremistas.

Las declaraciones de Braverman, recogidas por The Times y realizadas durante una conferencia en Westminster sobre extremismo y evaluación del Programa Prevent para la prevención del radicalismo, apuntan a que los instrumentos de seguridad nacional del Reino Unido no estuvieron a la altura del problema de la radicalización islámica.

Estas declaraciones llegan en medio de la controversia de las conclusiones elaboradas por una comisión independiente, encabezada por el expresidente de la Charity Commission, William Shawcross, sobre la eficacia del Programa Prevent.

En sus conclusiones, Shawcross destacó sin ambages que, en los últimos años, los funcionarios británicos han «malinterpretado, entendido mal e, incluso, pasada por alto» la ideología islamista.

En su informe, Shawcross critica que los funcionarios británicos de seguridad centraran todos sus esfuerzos en contrarrestar la amenaza de la extrema derecha mientras ignoraban el riesgo del radicalismo islámico.

En su discurso, la ministra del Interior apuntó a varias organizaciones de defensa de los derechos de los musulmanes, como el Muslim Engagement and Development (Mend), que funcionarían como tapaderas de una red de radicalismo islámico, o la ONG Cage.

Esta organización, Mend, se habría implicado, de hecho, en una campaña de desprestigio contra el Programa Prevent destinado a obstaculizar su trabajo de desradicalización.

También habrían impulsado campañas de desprestigio contra aquellos musulmanes que colaboraban en combatir el extremismo entre la comunidad islámica.

Incluso Amnistía Internacional se ha mostrado muy beligerante al atacar al Programa Prevent, al informe de conclusiones de William Shawcross y en defensa de dichas organizaciones islamistas.

En un comunicado, Amnistía Internacional incluso atacó personalmente a William Shawcross al asegurar que sus antecedentes están llenos de «comentarios intolerantes sobre los musulmanes y el Islam».

Ademán, Amnistía Internacional aseguró que Prevent ha participado en una «gran cantidad de violaciones de derechos humanos».

Sin embargo, Braverman se mostró clara: «Grupos como Mend y Cage han difundido persistentemente narrativas dañinas y deshonestas que, hasta ahora, no se han cuestionado en gran medida. Sus miembros han estado involucrados en la demonización de los musulmanes que cooperan en los esfuerzos contra el extremismo».

Braverman también asumió las conclusiones de Shawcross cuando corroboró que Prevent se había centrado en exceso en la extrema derecha y que incluso había cometido el error de identificar como extremistas a políticos y comentaristas de derecha y centro-derecha.

Al mismo tiempo, el enfoque de Prevent sobre el islamismo se había «limitado en exceso». Insistió también en el error del enfoque según el cual se incluyó a grupos islamistas no violentos como parte de la solución al radicalismo islámico, y no como parte del problema.

«No entendemos lo suficiente la ideología islamista, no entendemos cómo funciona, y eso es problemático», concluyó. «El extremismo no solo es peligroso porque puede conducir a la violencia. Es peligroso en sí mismo».

Caso Shamima Begum

Las declaraciones de la ministra del Interior británica se producen también poco después de que la justicia del Reino Unido rechazara devolver la nacionalidad a la joven musulmana Shamima Begum, conocida como la «novia del ISIS».

Allí se casó con un terrorista y tuvo tres hijos que murieron poco después de nacer. Desde que fue localizada en 2020, Begum ha tratado de recuperar su nacionalidad británica, retirada por motivos de seguridad, para poder volver a casa de sus padres en Londres.

Sus abogados argumentan que Begum fue una víctima, radicalizada en contra de su voluntad y enviada con engaños a Siria para convertirla en esclava sexual.

El tribunal de apelación de Londres, sin embargo, argumenta que la decisión del gobierno de retirarle la nacionalidad por motivos de seguridad nacional ha sido correcta, por lo que Shamima Begum no podrá abandonar el centro de internamiento en Siria para regresar a Reino Unido.

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