382 días de guerra en Ucrania
Bajmut se convierte en la batalla más larga de la guerra mientras el Ejército ruso asfixia al grupo Wagner
La escalada continúa y no precisamente en el campo de batalla. El enfrentamiento entre el Ministerio de Defensa y Yevgeny Prigozhin, jefe de los paramilitares, con el visto bueno de Putin, ha puesto entre la vida y la muerte al ejercito de paramilitares que figura en la lista de los más perseguidos del mundo.
Bajmut se ha convertido en la batalla más larga de la guerra desde el 24 de febrero, fecha que Putin dio la orden de invadir Ucrania.
Sergey Shoigu, hoy por hoy el enemigo interno del grupo Wagner en Moscú, le ha cortado el grifo de suministros y refuerzos mientras se libran encarnizados combates en las calles de una ciudad que resiste pese, inicialmente, a todo pronóstico.
Los Wagner se desesperan
Sin refuerzos para poder consumar la conquista de Bajmut y con bajas mortales permanentes, los Wagner se desesperan ante la impotencia de vencer al enemigo que defiende su territorio y al que tiene dentro de casa en Moscú.
Según el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) el ministerio de Defensa, a la vista de sus decisiones, «está dando prioridad a la eliminación de los Wagner antes que a la conquista de Bajmut». Dicho de otro modo, el Kremlin prefiere dilatar el enfrentamiento con las fuerzas de Zelenski y sacrificar temporalmente Bajmut, si esto le sirve para anular y dar un golpe definitivo al grupo que al principio de la invasión encarnaba los sueños de conquista de Putin.
De ángeles a demonios para Putin
Las tornas han cambiado y los demonios que siempre fueron los Wagner han dejado de ser los ángeles de la esperanza del presidente de Rusia. La campaña de «difamación implacable» contra Sergey Shoigu y el jefe del Estado Mayor ruso, Valery Gerasimov, la está saliendo cara al «chef de Putin» y éste, lo sabe.
Sin capacidad para tomar Bajmut, Defensa, «aprovecha la oportunidad para gastar deliberadamente tanto las fuerzas de elite como las de convictos de Wagner en Bajmut en un esfuerzo por debilitar a Prigozhin y descarrilar sus ambiciones de una mayor influencia en el Kremlin».
El ISW cree que Putin tomó conciencia y se «alarmó» de las ambiciones políticas de Prigozhin el pasado mes de octubre. «Probablemente -dice el centro de estudios políticos- impidió que el Ministerio de Defensa ruso atacara directamente a Prigozhin, pero en cambio creó las condiciones para que el liderazgo militar oficial ruso asumiera y recuperase su autoridad."
Esas condiciones, añade el informe, "probablemente amenazaron a Prigozhin, que comenzó a intensificar sus críticas al Ministerio de Defensa ruso y profundizar aún más el conflicto entre las fuerzas de Wagner y el liderazgo militar», resume.