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Carro de combate Bajmut

Carro de combate ucraniano en la línea de contacto del frente de BajmutAFP

389 días de guerra en Ucrania

¿Qué se juegan las democracias liberales en la guerra de Ucrania?

Un antiguo alto funcionario del Pentágono advierte de que la existencia de la democracia liberal y el orden mundial están en peligro por la amenaza de una victoria rusa en Ucrania

La guerra de Rusia en Ucrania, su invasión e intento de anexión de amplios territorios ucranianos, supone una serie amenaza para la democracia liberal, no sólo en los países de Europa del este, sino en el conjunto del occidente democrático.

En un artículo publicado en The National Interest –revista estadounidense de relaciones internacionales– el ex subsecretario de defensa de Estados Unidos entre 1981 y 1985, Lawrence J. Korb, y el profesor de la Penn State, Stephen Cimbala, hablan de «una guerra por la legitimidad política y los derechos humanos».

Una guerra que se libra a nivel global y en todos los ámbitos, pero que tiene su principal foco caliente en la guerra de Ucrania.

Es en Ucrania, defienden los autores del artículo, donde «está en juego la existencia misma de la democracia liberal y el orden internacional basado en normas».

«Quien prevalezca en esta guerra», apuntan los autores, «determinará si el derecho internacional, el gobierno consensuado y la decencia humana prosperarán y tendrán éxito en una región que ahora es libre, pero que durante una época fue parte de la antigua Unión Soviética».

Korb y Cimbala descartaron una escalada nuclear del conflicto apocalíptica. Más bien hablaron de una expansión global progresiva del conflicto si Rusia logra alcanzar sus objetivos en Ucrania.

«Vladimir Putin también está librando una guerra contra los cimientos mismos del sistema europeo de Estados existente que una vez lo invitó a unirse, y contra la herencia de la civilización occidental», advirtieron.

Destacaron que Putin trata de imponer su idea de «eurasianismo» que contendría un modelo de organización política, económica y social del espacio europeo alternativo al actual, impuesto por Rusia y donde Moscú tendría el dominio.

«Se trata tanto de una lucha de poder como de una guerra por los valores. Putin considera que el Occidente democrático no solo impide que Rusia reconstruya su antigua grandeza, sino que también ofrece al mundo un conjunto decadente de pautas y barandillas políticas y morales», insistieron.

En ese sentido, advirtieron que Rusia no solo no está aislada, a pesar de las sanciones, sino que cuenta con una fuerte alianza con China, Irán y Corea del Norte para construir un eje de poder autoritario que se imponga a las democracias liberales occidentales.

El análisis de Korb y Cimbala evidencia la división de opiniones que existe dentro de Estados Unidos entre los partidarios de mantener el apoyo indefinido al Ejército ucraniano hasta que logre derrotar a Rusia y los partidarios de cortar el grifo de la ayuda militar, forzar a Ucrania a aceptar un acuerdo con Rusia y pasar a centrarse en el desafío que presenta China.

En una réplica al artículo de Korb y Cimbala el analista estadounidense Francis P. Sempa defendió que el dominio ruso sobre Ucrania no supuso una amenaza de seguridad para Estados Unidos durante siglos ni tampoco lo supone ahora.

En un artículo publicado en el think tank Real Clear Defense, de la órbita del Partido Republicano, Sempa define el artículo de Korb y Cimbala de «llamamiento a las armas que, de llevarse a cabo, aumentaría el riesgo de una guerra europea más amplia y, tal vez, mundial».

El exporto del Real Clear Defense incluso se alinea con algunas tesis del Kremlin cuando critica la expansión de la OTAN hacia el este europeo tras la caída de la Unión Soviética: «una expansión geográfica implacable que ignoró la historia rusa» y que define como «provocación geopolítica» a Rusia.

Además, reprocha a Korb que tanto él, como el gobierno estadounidense, no consideraron que la invasión y anexión de Crimea a Rusia en 2015 supuesiera una amenaza a la civilización occidental, la democracia liberal o Estados Unidos.

«¿Por qué la invasión rusa de Ucrania en 2014 no amenazó a la civilización occidental, pero su invasión en 2022 sí lo hizo?», plantea.

Su explicación es que existe un grupo de presión en Estados Unidos, a los que llama «halcones de la guerra» que «instan a una participación cada vez mayor de Estados Unidos en la guerra de Ucrania».

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